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La precariedad se extiende entre la juventud vasca, a todos los ámbitos de las vidas de los y las jóvenes. En el trabajo, en los estudios, en la vivienda, en las relaciones entre hombres y mujeres…  “Ganamos cuatro duros. Trabajamos para supermercados que tiran a la basura toneladas de alimentos al día, no encontramos trabajo, doblamos ropas cosidas en Bangladesh, vivimos en casa de nuestras madres porque no nos queda otra, el mercado laboral nos desprecia por ser mujeres y aunque unos pocos tengamos la “suerte” de firmar un contrato indefinido, nuestro futuro sigue siendo, precisamente, indefinido. Somos jóvenes condenadas a la precariedad”, sentencian.

Por ello consideran que hay que salir a la calle “a decir basta” a las condiciones de vida de “este sistema neoliberal y heteropatriarcal”. Definen la precariedad como “una situación de vulnerabilidad, falta de perspectiva y desarraigo que quieren instalar en nuestra generación” y entienden que no está ligada exclusivamente al ámbito laboral, sino que es “una estrategia integral diseñada para profundizar en el expolio de las herramientas necesarias para desarrollar una vida digna”.
“Hay que organizar la resistencia para frenar este modelo social, económico, ecológico, cultural y político. Y con conciencia generacional, porque a nosotras las jóvenes, nos han dado las cartas trucadas y no nos gusta el juego”.

Han escogido el 30 de abril, en vísperas del 1º de Mayo, para socializar sus demandas y realizar una importante movilización juvenil. Para ello distintos colectivos juveniles de Iruñerria se han venido reuniendo en las últimas semanas y han organizado 2 actos. El primero de ellos será a las 17.00 en la plaza de los Burgos de Iruñea con el objetivo de realizar un debate conjunto entorno a las distintas caras con las que se presenta la precariedad en sus vidas y pensar en posibles herramientas para enfrentarla. El segundo, una manifestación que partirá a las 20.00 desde la plaza del Ayuntamiento.