Si nosotras paramos, se para el mundo

Este es uno de los lemas elegidos por los movimientos feministas y asambleas del 8 de marzo para corear todas a una el Día Internacional de las Mujeres.

Grupo de Mujeres de CGT/LKN Emakumeak

2018-ko martxoak 6

Pero este
próximo 8 de marzo, este no será un lema más, será una realidad, porque estos mismos
movimientos feministas han convocado huelgas y paros con la intención de visibilizar
durante ese día, pero para que quede en nuestras retinas, corazones, y sobre todo, para
que se note, qué podría suceder si las mujeres, todas las mujeres, paramos en los
distintos ámbitos en los que nos movemos. 

¿Cuáles son esos ámbitos en los que las mujeres estamos infrarrepresentadas e
infravaloradas?: el laboral, el de los cuidados, el estudiantil y el del consumo. Las mujeres
vamos a parar, no vamos a acudir al curro, no vamos a ir a clase, no vamos a cuidar ese
día, y no vamos a consumir porque el actual modelo de consumo daña a las mujeres y es
insostenible. 

Esta Huelga Feminista no es nueva ni surge de la nada. El 24 de oct. de 1975, en
Islandia, el 90% de las mujeres dejaron de trabajar y el país se paralizó. Reclamaban lo
mismo que hoy reclamamos hoy las mujeres, no solo del Estado español, sino de todo el
mundo: igualdad, dignidad, y libertad para poder vivir nuestras vidas sin violencias y con
los mismos derechos y oportunidades que los hombres. 

No fue, sin embargo, hasta 2016 cuando se retomó tímidamente la idea de la
Huelga Feminista, aunque había habido varias demostraciones de fuerza de diversos
movimientos feministas. El 8 de marzo de 2016 se produjeron movilizaciones de mujeres,
más allá de la reivindicación de ese día en Polonia y Argentina (en este caso, sobre todo
por el elevado número de feminicidios que se daban con total impunidad). 

En 2017, los movimientos feministas de más países se sumaron a la idea de la
Huelga Feminista, ya que sabemos que “no somos una con una historia, sino millones con
la misma historia” y todas las mujeres, sean de dónde sean, estamos siempre en una
situación de desventaja respecto a los hombres. Lo que pasó el 8 de marzo de 2017, al
menos en el Estado español, fue la antesala, el ensayo, de la gran movilización que
tendrá lugar este año. 

Las mujeres paramos porque sabemos que sin nuestro trabajo, productivo y
reproductivo, el mundo no puede funcionar. Y no es que queramos que el mundo no
funcione, lo que queremos es que el mundo funcione de otra manera. Nosotras queremos
un mundo en el que las mujeres y los hombres cobremos lo mismo por el mismo trabajo;
en el que las mujeres podamos llegar tan lejos en nuestra carrera profesional como lo
hacen los hombres sin temor a ser despedidas por estar embarazadas; en el que
conciliación y corresponsabilidad no sean solo palabras huecas, sino que sea cierto que
los hombres cuidan y reproducen vida como nosotras; en el que se enseñe en las aulas
que la Historia también la hemos escrito y la escribimos las mujeres, que somos
ingenieras, científicas, médicas, y electricistas, que nuestros cerebros son iguales que los
de los hombres y nuestras aptitudes también; un mundo libre de violencias machistas, en
el que no se mutilen los genitales a las niñas, en el que ninguna mujer sea explotada
sexualmente; un mundo en el que consumir sea un acto político, y sea sostenible; un
mundo sin fronteras, en el que todas tengamos el mismo derecho a una vida digna. 

No es una utopía, los grandes logros se han conseguido siempre con pequeños
pasos. El 8 de marzo de 2018 las mujeres daremos un pequeño paso con el objetivo de
lograr algo mucho más grande: la igualdad. 

¡Únete a la huelga, el 8 de marzo nos vemos en las calles, compañeras!

Gehiago