EL AÑO DEL DESBLOQUEO EN NAVARRA

En este final de año, desde el Foro Social Permanente queremos echar la vista atrás y poner en valor todos los avances logrados este año en el camino de la paz. Y es que, desde 2011, se habían ido enquistando una serie de bloqueos múltiples que estaban impidiendo avanzar en la construcción de una convivencia en paz en nuestra tierra.

Fernando Armendariz y Expe Iriarte Foro Social Permanente en Navarra

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Pues bien, ya se puede decir sin temor a equivocarse que este año 2017 ha supuesto un cambio de paradigma en el proceso de paz en Navarra. Un cambio que se sustenta, sobre todo, en los resultados tangibles logrados este año: desarme de ETA y construcción de nuevos espacios de acuerdo sobre el cambio de la política penitenciaria. Pero también es necesario poner en valor el método empleado para lograr varios de estos avances. Los acuerdos triangulares entre las instituciones, la comunidad internacional y la sociedad civil. Y, desde el punto de vista del Foro Social, hay que subrayar una cuestión por encima de todas: el liderazgo y la confianza adquirida por la sociedad civil.

En realidad, el año empezó en Luhuso el 16 de diciembre de 2016, cuando la opinión pública conoció el resultado de un largo proceso de conversaciones entre los actores implicados en torno a cómo se debía realizar el desarme de la organización ETA. Las detenciones de Luhuso, lejos de abortar el que luego se ha denominado como “modelo propio al desarme” (objeto de estudio en foros de todo el mundo), supusieron la confirmación de que la sociedad civil organizada era capaz de llegar más lejos y de forma más eficaz, superando obstáculos que parecían infranqueables. El desarme fue total y ordenado, verificado por la comunidad internacional, con la colaboración del Gobierno francés y totalmente transparente. Era 8 de abril.

A partir de ese día, y como consecuencia de él, se comenzaron a desbloquear otras cuestiones que permanecían también estancadas. Estamos hablando sobre todo de el diálogo abierto en torno a la reintegración de las personas presas, el fin del alejamiento, la libertad de personas presas enfermas, etc. Y es que durante estos últimos meses se han sucedido en Navarra acuerdos, manifiestos o declaraciones conjuntas o propias de la inmensa mayoría de partidos políticos y la totalidad de los sindicatos de la Comunidad Foral.

Desde que el 18 de mayo el Foro Social presentó sus conclusiones en el Hotel Tres Reyes, se está avanzando de manera decidida en la construcción de la confianza necesaria entre las distintas sensibilidades políticas y sindicales navarras, en el objetivo de acordar una hoja que suponga un cambio en la política penitenciaria.

Tres son las iniciativas que sustentan esta afirmación:
1.- El acuerdo del parlamento del 27 de marzo en relación al desarme de ETA.
2.- El posicionamiento del Parlamento de Navarra el pasado 9 de noviembre en relación con la problemática de las personas presas aquejadas de graves enfermedades. El 96% del Parlamento -salvo el Partido Popular- se posicionó con rotundidad sobre una solución en parámetros exclusivamente humanitarios huyendo de lógicas de venganza, aunque finalmente el 66% votaron a favor de la resolución presentada.
3.- El posicionamiento el pasado 13 de noviembre, de la totalidad de los sindicatos respecto a este mismo tema.
4.- El posicionamiento del Parlamento el pasado 1 de noviembre, solicitando las transferencias en materia de servicios penitenciarios previstas en el Estatuto de Autonomía.

Mención aparte merece el trabajo realizado desde Ipar Euskal Herria de cara a la situación penitenciaria de las personas presas en el Estado francés. Van un par de pasos por delante y desde el Foro Social Permanente creemos que hay que seguir su ejemplo porque han sabido conjugar la transversalidad con la eficacia.

Por otra parte, como no podía ser de otra manera, en el carril central de la sociedad que aspira a construir el Foro Social Permanente, la cuestión de las víctimas es nuclear. Una cuestión que exige tacto, paciencia y, sobre todo, no equivocarse. Todas las víctimas de todas las expresiones de violencia necesitan verdad, justicia y reparación, sin ambigüedades ni equidistancias. En ello ha trabajado el Foro este año, la mayoría del tiempo de manera discreta.

Sin embargo, quisiéramos destacar un ámbito de trabajo que está cambiando la manera de abordar esta delicada cuestión. Nos referimos a la visualización de la violencia padecida por las mujeres en el contexto del conflicto político. Recordemos los escalofriantes testimonios de las mujeres navarras en abril en sede parlamentaria.

Para el Foro Social Permanente también ha sido el año de la verdad. Como recordarán, el primer Foro Social se organizó en Pamplona en 2013 y en él se logro consensuar una serie de doce recomendaciones para impulsar el Proceso de Paz. Con el objetivo de trabajar para hacer realidad estas recomendaciones, el Foro Social Permanente se presentó en Aiete el 22 de octubre de 2016, en un ambiente de bloqueo casi total. Un año después, quien quiera hablar del desarme y la desmovilización de ETA y quiera construir acuerdos sobre reintegración de personas presas, convivencia y paz, sabe que tiene en el Foro Social Permanente un aliado que cumple.

Hoy en día, la mayoría de los actores, desde UPN o el PSN a la Izquierda Abertzale, pasando por Geroa Bai, Podemos, EH Bildu e Izquierda-Ezkerra, desde el Gobierno Navarro, desde el sindicato más grande hasta el que menos afiliados/as tiene, desde las personas presas y huidas hasta las organizaciones que trabajan en la construcción de la paz, todos ellos, conocen y reconocen al Foro Social Permanente.

Este año hemos bajado la persiana de nuestra “Gogoetabide” (comisión) que se ocupaba del desarme. Esperemos ir cerrando las persianas del grupo para la reintegración de personas presas, deportadas y huidas. Un trabajo que no se cerrará nunca será el de la memoria. Porque nunca debemos olvidar lo ocurrido.

No será fácil, como no lo fue desbloquear el desarme, y no lo está siendo la desmovilización de ETA o abrir espacios de diálogo y acuerdo sobre las víctimas, la convivencia, la memoria o el cambio de política penitenciaria. No es fácil, pero si la sociedad civil quiere, seguro que puede.

El Foro Social Permanente adquiere un compromiso para 2018 que pensamos une a toda la sociedad vasca: trabajar, con humildad, por la construcción de una convivencia sin vencedores ni vencidos que resuelva todas las consecuencias del conflicto. Y en ese camino no nos vamos a resignar. Vamos a perseverar en resolver las consecuencias del conflicto, en alcanzar una resolución integral, única garantía de no repetición.

Gehiago