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Son muchos años de soportar y convivir con una simbología que nos recuerda, con profusión, quienes fueron los vencedores y quienes los vencidos, muchos años de homenaje y reconocimiento a golpistas y asesinos, y, paralelamente, el desprecio más absoluto para las personas que fueron asesinadas, torturadas, encarceladas, ultrajadas,… por defender la democracia, enfrentarse a un golpe militar fascista y a una dictadura. Muchos años de miedo, silencio, olvido e indiferencia, y los que vendrán, si no somos capaces de entendernos, buscando puntos de acuerdo, en vez de magnificar los detalles que nos puedan enfrentar.

Durante estos últimos años, y la larga duración de gobiernos municipales de UPN dan fe de ello, el empeño por no tocar la simbología franquista y golpista ha sido manifiesta. Por lo que, toda iniciativa en el camino de su total eliminación, siempre será celebrada.

En ese sentido, no podemos menos que aplaudir la eliminación del nombre de la plaza Conde de Rodezno y de la calle Hermanos Imaz, entendiéndolo, además, como un primer paso al que seguirán otros, para eliminar más nombres franquistas de escuelas, calles y plazas, para que, de una vez por todas, se saquen de la cripta del denominado “Monumento a los Caídos” a Mola y Sanjurjo, para que desaparezca el espacio que homenajea a requetés, falangistas y militares en el cementerio (mientras desconocemos en que cunetas están cientos de asesinados), se supriman laureadas y placas en honor a los caídos en la “Cruzada por Dios y por la Patria”, etc.

Valoramos, por lo tanto, positivamente la firme disposición del Ayuntamiento para acabar con la simbología franquista que sufrimos en nuestra ciudad, y las consultas llevadas a cabo tanto con colectivos como con los grupos municipales, desterrando la práctica utilizada por anteriores ayuntamientos de decisión por competencia de alcaldía.

Desde un principio fuimos críticos, y así lo manifestamos públicamente, con el procedimiento seguido. Se había hurtado el necesario debate ciudadano que el tema requería.

Pero si consideramos un error la decisión tomada en la Junta de Gobierno del Ayuntamiento, el mismo error se ha cometido, al decidirlo a través de una moción, aprobada en el último Pleno del Ayuntamiento de Iruñea. Cualquiera de las dos opciones es legal y mucho más democrática que la, profusamente utilizada hasta la llegada del nuevo ayuntamiento, de competencia de alcaldía, pero las dos hurtan el debate a que nos referimos.

Cuando leímos la noticia de la presentación, por parte de las fuerzas del cambio, de una enmienda a la moción, para que la ciudadanía decidiera la denominación de la antigua plaza Conde de Rodezno, nos pareció adecuado y que se abría, por fin, la vía de debate que siempre habíamos reclamado. De hecho, es la primera vez que en esta ciudad se plantea un proceso participativo en el que asociaciones y ciudadanía puedan participar en la decisión sobre la denominación de una de las plazas más emblemáticas de la ciudad. Pues no, parece que en las fuerzas del cambio, en este asunto, no está IE.

No deja de ser significativa la rapidez que, tanto UPN como PSN, han mostrado para posicionarse a favor de la moción presentada por la asociación de familiares AFFNA. Una moción proponiendo, unilateralmente, el nombre de Libertad (opción planteada en su día por el propio Enrique Maya) sin contrastarlo ni debatirlo con la ciudadanía ni con los colectivos memorialistas.

Un debate para el que, desde las personas que trabajamos en el ámbito de la recuperación de la memoria, probablemente hubiéramos aportado, considerando lo emblemático de la plaza y el monumento en su conjunto, un nombre relacionado con la memoria histórica. Entendiendo que desde otros ámbitos pudieran plantearse otras opciones.

Es pública la intención del Ayuntamiento de Iruñea de conformar una Comisión o Grupo de Trabajo para tratar sobre diferentes temas (conflicto, víctimas, memoria, simbología…), y aunque entendemos que los procedimientos administrativos sigan su curso, no por ello debería considerarse como una decisión inamovible. Aún estamos a tiempo. Dejemos el tema abierto al trabajo de esa Comisión, posibilitando el debate y la decisión ciudadana.

Autobús de la Memoria y Coordinadora Navarra de Pueblos por la Memoria "Amapola del Camino"