Jubiloteka de Berriozar: el cuidado como arma de construcción comunitaria
El voluntariado y la plantilla de de la Jubiloteka de Berriozar se encargan durante el confinamiento de asistir a las personas mayores de la localidad y ayudarles en su día a día. Tras 40 días de confinamiento, Ekinklik les acompaña en el reparto de mascarillas por las casas de las personas que participan en el proyecto.
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“No ha sido un día cualquiera, todo lo contrario. Ha sido un día muy especial, emotivo y esperado por muchos y muchas. Los nervios, la incertidumbre, la mascarilla, los guantes y el no poder tocar y abrazar a las personas que queremos, no han permitido dejar de sentir eso tan bonito que hemos experimentado en el cuerpo”. Las palabras de Ander y Saioa nos muestran el cariño que tienen hacia las personas mayores de Berriozar, que tienen el lujo de tener un servicio como el que ofrece Jubiloteka. Les han entregado, 40 días después del comienzo del confinamiento, las esperadas mascarillas. Además, les han dado documentación a rellenar y la explicación de cómo van a poder seguir siendo parte de esta red municipal. Y todo esto acompañado de una visita que ha hecho mucha ilusión a las personas mayores.
“Lo que antes eran abrazos, besos y caricias da paso a un diálogo de miradas, amagos de afectos, choque de codos y palabras llenas de incertidumbre. Esto es una cuestión de orden sanitaria en la que, si hacemos caso omiso, puede que tengamos que lamentar nuevas bajas en el equipo. Así que, aunque nos sea difícil no ofrecer y recibir las muestras de cariño, este cariño lo demostramos descubriendo nuevas formas, guiños y miradas llenas de sentido” dicen Ander y Saioa.
Durante el recorrido por las casas, les han contado cómo se encuentran física y emocionalmente. “En su totalidad quieren seguir siendo parte de la plantilla la próxima temporada, cuando volvamos a bailar, cantar, llorar, reír, a conquistar las calles de Berriozar y a abrazarnos”, indican Ander y Saioa, así que para eso tienen que cuidarse.
2 años de red comunitaria
La Jubiloteka Berriozar se puso en marcha hace dos años, en una acción de experimento social comunitario en el que participan el Ayuntamiento de Berriozar, los servicios sociales, el Centro de Salud y Transforma. Las personas que participan en Jubiloteka, por diversas razones, necesitan ayuda. Algunas más que otras, o diferente.
En la intervención que se realiza desde Jubiloteka se tiene en cuenta el desarrollo individual y la estimulación cognitiva, la cohesión de grupo y la estimulación física. Como dicen Ander y Saioa, cabeza, corazón y cuerpo. Y se lo toman como si fuera un entrenamiento deportivo para una competición. En la primera temporada, que empezamos los partidos en descenso, pudimos remontar hasta zona champions al final de curso. Fue tal la escalada de posiciones que pudimos renovar la plantilla al completo e incluso hacer fichajes para el siguiente curso.
En la pretemporada trabajamos solas para preparar el curso siguiente, ahí es cuando elaboramos la estrategia y hacemos esos cambios técnicos pertinentes que nos permitan rendir al máximo en la larga y exigente temporada.
Al inicio de esta temporada, sufrimos bajas, una se nos fue, dejándonos un recuerdo imborrable y otra fichó por un equipo que le daba más horas de entrenamiento. Es ley de vida.”
Ander y Saioa destacan el entusiasmo, la ilusión, el compromiso, la alegría, la aceptación y la disciplina de los y las usuarias del servicio de Jubiloteka. Con la llegada del coronavirus y el confinamiento, han tenido que dejar a un lado su principal herramienta, el contacto directo. Pero aun así, han seguido trabajando. “Desde las instituciones locales nos animaron a que este proyecto no se diera por finalizado y a que con nuestros medios pudiéramos seguir”. Y ahí es cuando el ingenio y la tecnología les ha permitido iniciar un nuevo programa basado en el cuidado en versión digital. Siguiendo con el símil futbolístico, explican que se han convertido en directores deportivos, dejando más espacio de trabajo a las personas cuidadoras. “Ellas son a día de hoy, las referentes del equipo. Son las transmisoras de nuestro entrenamiento de manera directa. Si el equipo funciona es porque hemos traspasado poderes y ejecutan acciones que planificamos”.
Como ha ocurrido en tantos otros lugares, también en Jubiloteka han tenido que lamentar la muerte de alguno de sus miembros, y remarcan que “el dolor ha sido más agudo si cabe porque no nos han dado tiempo de despedirle, aunque queda a expensas de un futuro reeencuentro un homenaje con todos los honores”.
Con el reparto de las mascarillas han tenido la oportunidad de volver a ver las caras a todas estas personas mayores. “No podemos estar más que orgullosas de este equipo. Ante la adversidad, se han hecho fuertes, ante las sombras, nos ponen luz y ante las preguntas, nos dan respuesta. Nuestra filosofía de equipo es muy fácil de implementar, es el cuidado como herramienta de construcción comunitaria. Cabeza, corazón y cuerpo”.