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En un pequeño y antiguo país europeo, cada dos años surge un fenómeno no más que raro, miles de ciudadanos y ciudadanas euskahaldunas, inundan las carreteras, los caminos, las calles y las plazas de todo el territorio. Detrás de un “lekuko”, un trocito de madera con un trocito insignificante de tela, insignificante pero lleno de valor, lleno de ilusiones de nuestro pequeño pueblo, de ilusiones de hablar en nuestra lengua, en la lengua que palabra tras palabra, centímetro tras centímetro, metro tras metro, hasta hacer más de 2000km nos une a todas y cada una de las personas que componen esta misteriosa tierra, a cada una y todas esas zonas que nos hacen única, Euskal Herria.

Sí, viene la 19º edición de esta manifestación nacional, que no es otra que la manifestación por excelencia. La única en el mundo que recorre un país corriendo. Que une a sindicatos y empresarios en la lucha por conseguir ese ansiado kilometro. A aitas y a hijas en ese abrazo al coger el testigo, la responsabilidad compartida durante esos metros de ilusión y alegría. A ikasles e irakasles en ese juego de pasarnos el testigo unos a otros, porque si, ellas fueron las que nos enseñaron cual es nuestro idioma, cual es nuestro pueblo, cual es nuestro testigo que tendremos que pasar a hijas y alumnas, ellas son las que nos animaron con canciones, juegos de palabras… Tijera en una mano y bolsa de basura en la otra… Todas y cada una de nosotras fuimos coloreando de ilusión nuestras gelas, nuestras memorias. Y así, paso a paso, generación tras generación.

El otro día, le oía a un buen amigo mío decir que son hamaika las borrokas que lidiamos en este pedacito del planeta, también decía que la situación en la que estamos es no menos que complicada; pues sí, tiene razón. Son cientos las luchas que abarcamos, también es cierto que hace unos años la situación puede que estuviese con más ánimos, pero también es cierto que ahora mismo somos mas euskaltzales que nunca, que el enemigo es el mismo, pero que con nuestro saber hacer cada vez se hunde más y más. Que el numero de actividades en nuestras calles aumenta día tras día y que si antes éramos un sirimiri ahora somos la mayor tempestad de voces que van a escuchar.

Horregatik Urepeletik Bilbora. Ahal dugu, egin dezakegu, gure herria euskaraz jantziko dugu, eukaraz blaituko dugu. Gure irakasleen lanak merezi duelako, gure pausoak norbaitek jarraituko dituelako eta denon artean Euskahaldun nazio indartsu bat sortuko dugulako.

Abiadura handiko garai hauetan, motel motel marraskiloak bezala, kolorezko suge erraldoi batek, gure herri, hiri eta bihotzak elkarrekin jarriz, esaten digu:  Badator, badator korrika! Badator!!