SE ALQUILA PISO…SÍ PERO NO.

Juanmari Arazuri

2018-ko apirilak 6

Navarra, siglo XXI. ¿Es un dato a tener en cuenta?¿Nos coloca en la
vanguardia por la defensa de los derechos sociales o algo similar? Pues a
la vista de los niveles de discriminación, por razón de raza, que
sufren cientos de personas extranjeras a la hora de alquilar una
vivienda, bien podríamos deducir que simplemente se trata de un valor
numérico que nos sitúa en un momento temporal concreto (entre la
Revolución francesa y la extinción del ser humano…)

Más
datos, importantes o no (lo dejo para su posterior evaluación por parte
del lector), en cuanto a la discriminación en el acceso a los recursos:
la población navarra cree que hay mayor discriminación en el acceso a
la Vivienda (un 40% de los entrevistados) y al Trabajo (un 38%).En menor
medida, piensan que las personas inmigrantes son discriminadas en el
acceso a locales públicos, aunque hay un 22% que se manifiesta en este
sentido. Con lo cual y siendo honestas, podemos deducir que entorno al
60% de las personas entrevistadas, consideran que no existe
discriminación. Todo está bien.

Personalmente, no creo que hagan
falta cifras para conocer de las dificultades a las que se enfrentan
muchas personas en nuestra sociedad por el mero hecho de ser
extranjeras. En realidad, si en lugar de leer tanto dato y tanta
encuesta sobre tantos asuntos, nos dedicásemos a vivir, a conocer, a
compartir sin prejuicios con toda clase de personas (vecinos, compañeras
de trabajo, del sindicato, del grupo de lectura,…) tendríamos una
noción muy clara de la sociedad en la que nos desenvolvemos y
probablemente, no haría falta tanto esfuerzo numérico para entender que
ya sea el 20, el 30 ó el 60% de las personas encuestadas, si eres
extranjera y no tienes un piso estás mucho más jodida que si eres de
Ermitagaña y buscas alquilar uno.

Joao es un compañero de
trabajo. Lleva en Navarra más de diez años, tiene trabajo fijo,
antigüedad, es formal en los pagos, nunca ha faltado al trabajo por
causa injustificada… sin embargo no entiende de porcentajes. Joao tiene
un hijo, Paolo, que estudia formación profesional. Con sus 17 años
tampoco sabe de encuestas. Como con el salario de Joao, resulta
imposible alquilar una vivienda y poder vivir con dignidad junto a su
chaval, un amigo de Joao, Julio, que también es extranjero, soltero y
tampoco sabe de prospecciones sociológicas, se ha ofrecido para
completar la terna de aspirantes a vivir bajo un techo. Julio, por
supuesto, es fijo, tiene un buen salario, también con antigüedad en su
empresa y tan formal en los pagos como su compatriota.

“Los
morenos siempre necesitamos un blanco para buscar casa”. Indignante,
¿verdad? Y en esas andamos, sin dejar de ofendernos cada día por las
trabas prejuiciosas con las que nos encontramos diariamente en esa
búsqueda de vivienda. Su tope económico para el alquiler son 700 euros
(para un piso de dos o tres habitaciones, en cualquier zona de
Pamplona). No parece que sea una cantidad baja. Pero eso da igual.
¿Cuántas personas van a habitar la vivienda?, ¿de qué nacionalidad son?,
¿cuál es su estado civil?, ¿cuántos hijos/as tiene?¿sabéis que no se
pueden hacer fiestas?¿seguro que sois sólo tres? Para acabar siempre de
la misma manera (y ya son más de doce inmobiliarias recorridas):
“estamos teniendo muchos problemas en las comunidades, ya sabemos que es
algo cultural ¿?, pero la gente es reacia a alquilar…” A alquilar, ¿a
quién?

Así que me está tocando llevar adelante una labor que,
con toda seguridad, es más propia de las Insituciones Públicas que de un
compañero de trabajo. Me está tocando avergonzarme de la sociedad en la
que vivo. De las instituciones ya lo estaba. Yo no sé si represento al
1, al 20 o al 70% de la población consciente de esta lacra, tampoco me
importa. Sólo sé que en cada salida de las inmobiliarias, mis amigos,
Joao y Julio, se decepcionan y se frustran, y además lo hacen por algo
que no tendría que suceder. A pesar de no entender de encuestas, tienen
los recursos económicos, la estabilidad laboral solicitada, nunca han
tenido ningún problema de convivencia, viven en la Navarra del S. XXI, y
sin embargo, siguen sin vivienda. Eso sí, son guineanos y como todo el
mundo sabe, los negros (todos) destrozan los pisos. Los argelinos y
marroquíes (todos) roban cazadoras y trapichean con lo que caiga en sus
manos, y los sudamericanos (todos) beben hasta caerse… Cien por cien
convencido: ¡Navarra siempre pa´lante!

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