Ni se os quiere ni se os necesita

El ejército español comienza el despliegue en Euskal Herria. Lo intentó con el amago deplantar un hospital de campaña en Gasteiz y reculó tras ser rechazada formalmente esta posibilidad por el Gobierno Vascongado.

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Un Gobierno que trata de seguir vendiendo la versión de que en realidad no ha habido un asalto a la autonomía de la CAV, y cuya versión se desmontaría si le impusiesen la presencia militar española. Ni se os quiere ni se os necesita ha dicho una parte importante de la población vasca cada vez que ha tenido ocasión. Lehendakaritza se conforma con el “gracias, pero nos apañamos”.

El estamento militar no encaja bien el desaire y decide buscar otra puerta de entrada. Un gobierno con menos disposición a ser beligerante con los uniformados españoles y una población a la que presume más dispuesta a aceptar su presencia, Tutera. Hoy el ejército español se desplegaba en la capital ribera. Y puesto que existen problemas especiales que pudiesen argumentarse para tratar de justificar esta invasión de los espacios públicos de una fuerza armada, se nos dice que bucan“reforzar la vigilancia”. Sin negar la evidencia de que el ejército español puede tener adeptos en esta localidad, la ribera navarra es una referencia en muchos sentidos por su fuerte conciencia antimilitarista. La proximidad del polígono de tiro, las distintas plataformas contra las guerras o el alto número de insumisos al SMO de la época describen una realidad social que en nada se parece a la que cree va a encontrar el ejército español.

Ni Tutera, ni Nafarroa ni el conjunto de Euskal Herria puede permitirse el lujo de dejar que una nueva pandemia se sume a la del coronavirus. Bastante trabajo tenemos tratando de controlar la expansión de un problema, como para sumar al mismo la provocación que supone la presencia en nuestras calles de más uniformados.

La presencia militar en Tutera es un intento por normalizar la presencia del ejército español en las calles de nuestros pueblos y ciudades. La Navarra y la Euskal Herria insumisa no puede permitirse el lujo de retroceder en el tiempo hasta los años en que la ciudadanía se recluía en sus casas, mientras el ejército campaba a sus anchas.

Antes de que sea tarde,el trabajo contra este nuevo virus tiene que empezar ya. Hoy empezaban el despliegue y hoy mismo tienen que recibir el primer mensaje de rechazo. Denunciando su presencia desde nuestras ventanas y balcones. Pero también exigiendo a los partidos del gobierno navarro y a quienes de una forma u otra le dieron el aval para gobernar, que hagan respetar la voluntad de una ciudadanía navarra mayoritariamente insumisa y antimilitarista.

Ahora que el estado de alarma todavía no se ha cargado lo poco que quedaba de libertad de expresión, es hora de echar el resto y gritar fuerte “Que se vayan!!!”

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