Confluencia 2.0: la confluencia social y constituyente es el camino
El pasado 20 de diciembre, finalmente no fue, como pretendimos durante el verano, ese esperado “momento de la confluencia” y la sensación compartida por las personas que participamos en la propuesta para una Candidatura de confluencia en Navarra en torno a los resultados electorales es agridulce.
Yolanda Ansó, Aitor Balbás, Raúl Ciriza, Joserra Loayssa, Enrique Miranda, Yolanda Rodríguez, Sofía Pérez, Iban Pérez y Iñaki Arzoz.
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Dulce porque a nivel estatal se ha acabado el bipartidismo y ha comenzado la ruptura democrática con el Régimen de 1978 y porque con la nueva correlación de fuerzas se abre la puerta para abordar iniciativas políticas que recogíamos en el manifiesto por una candidatura unitaria. Agria porque en Navarra las fuerzas del inmovilismo han conseguido unos resultados que, extrapolados a unas elecciones autonómicas, dificultarían reeditar un “Gobierno del cambio”. Somos conscientes de que los votos obtenidos en elecciones autonómicas o estatales no son comparables en su totalidad, ni en su sentido político, pero una candidatura unitaria habría podido convertirse en la primera fuerza en Navarra, lo que hubiera podido fortalecer un cambio real en nuestra tierra, exigiendo al gobierno actual que se profundizara en las políticas verdaderamente transformadoras.
Desgraciadamente, los resultados han ido en otra dirección.
Por otra parte, el fiasco de la confluencia para el senado nos deja una clara lección: no vale cualquier operación de confluencia. Hacen falta acuerdos entre partidos que apuesten por el cambio, pero estos nunca tendrán éxito si no están sustentados por las bases de una confluencia desde abajo, esto es, por una candidatura verdaderamente popular y ciudadana, que hubiera exigido a los diferentes partidos una mayor responsabilidad en su implantación social o quizá presentado una fórmula como la coalición, en estas circunstancias, más eficaz.
Nuestra conclusión de cara al futuro es doble: por una parte, tenemos claro que una candidatura unitaria tenía, y sigue teniendo, todo el sentido del mundo; y por tanto es una apuesta que merece ser valorada en próximas convocatorias electorales. La falta de tiempo, y ciertas actitudes partidistas –de unos partidos más que de otros-, fueron causas de que esta no fructificase en esta ocasión. Hemos de reconocer que en la actualidad y ante una posible coyuntura de elecciones anticipadas la situación en Navarra parece no estar madura para volver a intentar una candidatura de confluencia. Pero también pensamos, por otro lado, que si queremos estar a la altura que requiere la actual situación, debemos hacer todos los esfuerzos necesarios, y ponernos a trabajar en esa dirección desde ahora, para que en los próximos años la posibilidad de la confluencia tenga una nueva oportunidad.
Por ello, nuestra apuesta es en estos momentos volver a trabajar por una confluencia social y por una movilización inclusiva que proyecte y actualice los ejes políticos y sociales del Manifiesto “Ahora es el momento”. Por una candidatura de confluencia y por el cambio en Navarra”: una democracia real, el reconocimiento pleno del derecho a decidir –respetando la soberanía de Navarra y su autogobierno-, el rescate ciudadano, la defensa de lo público, una economía centrada en las personas y en el respeto a la naturaleza, la defensa de las libertades, la convivencia y el pluralismo, la igualdad de oportunidades y una política exterior alternativa. Las organizaciones sociales, sindicales y políticas deben recuperar el pulso unitario que sentó las bases del gobierno del cambio para exigir y colaborar en su cumplimiento en Navarra y para impulsarlo en el estado.
Seguimos creyendo que la confluencia es la mejor herramienta para un cambio transformador y duradero, y que es la ciudadanía la que tiene que aprender a utilizarla, sin dejarse llevar por el cortoplacismo y los intereses partidistas, ya sea en Navarra o en Europa, en torno a proyectos transnacionales. La iniciativa de candidatura unitaria ha demostrado en 2015 que es posible que sensibilidades diferentes trabajen en torno a un proyecto común. Estos agridulces resultados electorales, por su parte, han demostrado que solo desde la confluencia lograremos dar ese salto tanto cuantitativo como cualitativo que necesitamos para darle vuelta al sistema.
Este no es el fin de la iniciativa, sino el comienzo del proceso que vuelve al común de la sociedad navarra, en la cual otras iniciativas tomarán el relevo en un momento más propicio. Empezamos la construcción de la confluencia 2.0: más lenta y madura, más conectada y más glocal, más social y participativa. La confluencia como laboratorio popular de reflexión, activismo y movilización que desde lo social cristalice en lo político, y al cual todas y todos estamos llamadas a participar.
La confluencia 2.0, la confluencia constituyente de un nuevo sujeto político en Navarra en, desde y para las personas, es el camino.