Al virus machista, ¡vacuna feminista!
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de las Violencias hacia las Mujeres y desde Izquierda Unida de Navarra volvemos a reivindicar nuestro compromiso por la construcción de una sociedad feminista que nos permita vivir a las mujeres vidas sin violencias, subordinación y explotación.
Marisa de Simón, Carmen Rubalcaba e Isabel Burbano, Área de Mujer e Igualdad de IUN-NEB
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Este año, marcado por la pandemia del coronavirus, está siendo un año de crisis sanitaria y económico-social. La lucha contra el COVID nos ha llevado a sufrir restricciones de movilidad, confinamiento y precariedad, y las mujeres como siempre, hemos estado en primera línea luchando por la vida.
La situación de confinamiento y las medidas tomadas para afrontar la crisis sanitaria han intensificado el riesgo de violencia de género. Muchas mujeres se han encontrado en una especial situación de vulnerabilidad e incertidumbre como demuestran los datos de la última Macroencuesta de Violencias contra las mujeres: Aumento en más del 50% del uso telefónico del 016, de más de un 100% de su uso online, así como las más de 4.000 detenciones por violencia machista durante las primeras seis semanas de cuarentena. Y es que según los datos del Ministerio de Igualdad, las llamadas al 016 se incrementaron el pasado abril en un 60% con respecto al 2019 y las consultas online aumentaron casi un 600% en relación a abril del año anterior. Multitud de medidas se han puesto en marcha, pero debemos redoblar esfuerzos y entender socialmente que el terror que sufren las mujeres encerradas con sus maltratadores es una cuestión de todas y todos. Y no debemos olvidar que en lo que llevamos de año, en el Estado se han cometido 79 feminicidios: asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres.
Por otro lado, la cultura de la violación que justifica el privilegio masculino para satisfacer sus deseos sexuales con nuestros cuerpos normaliza y al mismo tiempo, culpabiliza a la víctima. Es imprescindible incidir en ella para acabar con las violaciones y las manadas y poder caminar por la calle sin miedo. ¡Porque la calle y la noche también son nuestras!
La explotación sexual es un negocio millonario que se sustenta en la feminización de la pobreza, la vulnerabilidad de muchas mujeres y, cómo no, en la creciente demanda masculina de cuerpos de mujeres para su consumo. Exigimos el cierre de prostíbulos y una alternativa digna para las mujeres prostituídas cualquiera que sea su situación administrativa y procedencia. ¡Nuestros cuerpos ni se compran ni se alquilan!
Debemos abordar de forma integral la violencia institucional: los sesgos de género en la educación y la salud, la corresponsabilidad del estado en los cuidados, el papel de las religiones y de los medios de comunicación en la transmisión de roles y estereotipos.
Estamos liderando las estadísticas del paro, de la precariedad laboral y la exclusión social a la vez que sostenemos la reproducción de la vida durante una crisis en la que los estados se han quedado sin herramientas tras años de políticas neoliberales. La reconstrucción que necesitamos pasa por trabajar codo con codo con el movimiento feminista y la aplicación de la perspectiva de género de forma efectiva en todas las políticas públicas, entidades e instituciones.
Este 25 de noviembre, desde nuestras casas, nuestros barrios y nuestros pueblos, alzamos nuestra voz recordando que el feminismo es la mirada crítica que necesitamos para cambiar el mundo juntas y juntos. El feminismo es nuestra vacuna.
¡Al virus machista, vacuna feminista!