Abriendo debates

En la primera entrevista que le hicieron a Joseba Asirón una vez que se hizo con la vara de mando de la ciudad, hace ahora ya dos años, un periodista le interpeló directamente a cerca de su opinión sobre las corridas de toros.

Gorka Vierge

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El alcalde, acostumbrado a lidiar con alumnos adolescentes y conocedor como nadie de la idiosincrasia pamplonesa, no se amilanó y dijo que “me gusta la fiesta de los toros del 7 al 14 de julio. El resto del año soy anti taurino”. 

Esta aparente contradicción en los términos es algo que muchos vecinos del barrio vivimos permanentemente y que atrona estruendosamente en nuestras conciencias; de un lado sentimos un cosquilleo de emoción cuando vemos a las mozas y mozos de la Armonía Txantreana subir a la Plaza de Toros pertrechados con sus cubos, meriendas y txarangas. Sin embargo, cada vez nos resulta más insoportable el sufrimiento que se provoca a seis animales que, no podemos obviarlo, entran sanos y fuertes al coso y mueren de forma angustiosa y dolorosa sin prácticamente posibilidad de defenderse.

Es por eso que me resulta plenamente satisfactorio que empiece a haber colectivos sociales que pretendan abrir de forma honesta el asunto de los toros en la vieja Iruña. Nadie puede soslayar que las propias fiestas de San Fermín están en continua evolución y por tanto si no es esta generación, será la siguiente la que tendrá que abordar en profundidad este espinoso debate que, desde luego, generará fricciones y desencuentros ya que supondrá un cuestionamiento directo del modelo de fiesta al que estamos acostumbrados. 

Que Pamplona tiene su historia, su tradición, sus valores, su acervo colectivo y su manera particular de entender las fiestas es una evidencia que nadie puede negar. Pero no es menos cierto que quizá se haya quedado anacrónico que avanzado ya el siglo XXI la fiesta siga girando alrededor del sufrimiento de un ser vivo. Por tanto, espero que nadie sienta como una amenaza la irrupción en escena de grupos animalistas sino como una ventana de oportunidad que nos permita afrontar serenamente debates para seguir avanzando como ciudad y como sociedad.

Gehiago