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La Despensa Solidaria cuenta ya con más de 110 participantes y se sustenta con recogidas quincenales que realizamos en distintos supermercados de la ciudad y además, disponemos de una huerta y de olivares para su autogestión. Nos juntamos personas de diversas trayectorias sociales y políticas lo que nos supone un ejercicio fundamental de entendimiento mutuo; de idiomas (wolof, árabe, francés, euskera o castellano), de prácticas militantes, así como de distintas formas de hacer, pensar y sentir.

A su vez, el Sindicato de Vivienda se ha organizado con inquilinas en conflicto con su propiedad. Se ha asesorado y orientado a decenas de inquilinas sobre sus derechos y cómo hacerlos efectivos. Se han paralizado varios desahucios relacionados, todos ellos, con alquileres y se ha venido denunciando todo tipo de problemáticas. No pararemos de decir que la vivienda es parte fundamental del desarrollo y cuidado de las vidas. En cambio, las posibilidades de acceso a una vivienda son cada vez más limitadas para muchas. Solo en Navarra, los alquileres han aumentado un 40% en los últimos siete años. Los requisitos de acceso dificultan que las personas en situación de vulnerabilidad o con empleos precarios tengan acceso a conformar un hogar.

El aumento de los usos turísticos y temporales para la vivienda permiten multiplicar la obtención de ganancias a sus propietarios (principalmente medianos y pequeños propietarios) y contribuyen al alza de los precios. Nuestras ciudades están siendo saqueadas. A esto hay que sumarle la cada vez mayor presencia de fondos de inversión en la gestión de vivienda, como es el caso de Testa en Iruña que ha adquirido la gestión de múltiples alquileres y que ahora intenta ahogar a las vecinas con cambios injustificados en sus contratos de alquiler.

Además, la subida sin precedentes de los suministros y el combustible, el desempleo, los sueldos miserables, la subida del precio de la cesta de la compra y el aumento de las cargas de cuidados que recaen fundamentalmente en las mujeres deterioran cada vez más las condiciones de vida y, especialmente, de la población racializada en situación irregular. A su vez vemos como empresarios, rentistas y bancos se aferran a sus ganancias. Según datos recientes de Intermon Oxfan el 1% acumula el 63% de la riqueza producida en el mundo. Sumémosle a todo ello la debacle ecológica, el contexto global, las muertes en las fronteras y la crisis energética. La verdad que no nos faltan motivos para seguir caminando.

En Haritu llevamos dos años peleando la problemática de las necesidades básicas y de la vivienda de manera colectiva. Dos años intentando tejer comunidad a través de la autoorganización, estrechando lazos y trabajando en dinámicas colaborativas con otros colectivos. Ejemplo de ello son el mundialito antirracista de fútbol y baloncesto de Iruñerria, la expansión de la red por barrios de Pamplona o la apuesta organizativa con otros sindicatos de vivienda y redes de apoyo mutuo de Hego Euskal Herria.

Dos años señalando lo que para nosotras son las causas estructurales de estos problemas: la mercantilización de la vivienda, la desigualdad en el acceso a los recursos, la explotación de clase, el racismo institucional, la violencia contra las mujeres. Dos años y aquí seguimos… porque lo importante no es sólo repartir el pastel, sino, y ante todo, cambiar de receta.

Por ello, el día 29 de enero, domingo, a las 13.00 os animamos a participar en la kalejira que saldrá desde la Plaza San Francisco bajo el lema ¡EN DEFENSA DE LAS NECESIDADES BÁSICAS Y LA VIVIENDA, ORGANIZACIÓN! Y al posterior picoteo en Zabaldi.

Antolatu eta elkarlaguntzan haritu!