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La única solución a la “corrupción sistémica” que a juicio de Sortu contamina las estructuras  del Reino de España “es la puesta en marcha de procesos independentistas en el Estado, ya que su regeneración es imposible”. Así lo ha señalado Arkaitz Rodriguez, portavoz de la formación de la Izquierda Abertzale durante una rueda de prensa en la ha realizado un llamamiento a la ciudadanía vasca para “la acumulación de fuerzas hacia una República vasca digna”.

Sortu ha llamado a participar el Primero de Mayo en las manifestaciones convocadas por LAB en Iruñea, Baiona y Bilbo y ha convocado para el 2 de mayo concrentraciones ante las sedes que el PP tiene en Euskal Herria, bajo el lema “Sacad vuestras sucias manos de Euskal Herria”. En Iruñea la cita es a las 18.00 en Carlos III.

Sobre los casos de corrupción que atañen al PP, Sortu dice que “sólo son un pequeño ejemplo del saqueo sistemático que históricamente han ejercido y ejercen las élites españolas. En estos tiempos en los que están privatizándolo todo, lo único que les interesa del sector público es su dinero, para llenar sus bolsillos y rescatar a su cuadrilla de banqueros y del Ibex 35. A este paso, la próxima mayoría absoluta la harán en Soto del Real”, ha dicho de forma irónica Rodriguez.

“La corrupción no sólo es cosa de un partido, lo corrupto es todo un estado. El Estado del régimen del 78. Hace ya 40 años las élites políticas y económicas hicieron un pacto para impedir la ruptura democrática y dar continuidad al régimen franquista. Cambiaron algo para que no cambiara nada. Recordemos que los pilares del régimen del 78 son dos: la unidad de España y el capitalismo salvaje”.

Sortu ha reivindicado “la ruptura democrática” con la puesta en marcha de procesos independentistas en las naciones sin estado, como Cataluña o Euskal Herria. “Aquí tenemos ocasión de iniciar un proceso constituyente que garantice un Estado digno, una República vasca”, ha continuado.

“Necesitamos un estado digno, que proteja a la sociedad vasca, al servicio de la clase trabajadora y de los servicios populares, sin estar sometido a los capitales financieros. Un Estado que genere trabajo digno y que tenga un sistema de protección social sólido”.