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El genocidio político cometido en toda el Estado español tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936 está sembrado de decenas de miles de nombres de las personas asesinadas. Sin embargo y a pesar de ser obvio que para desarrollar una limpieza política de tal alcance también hacen falta miles de nombres para llenar el organigrama de los ejecutores de la misma, es una realidad sangrante que en el Estado español el silencio sobre esos nombres forma parte indisoluble, aún hoy, de la impunidad vigente para los crímenes y criminales franquistas.

En el programa de “La Memoria” de Info7 Irratia

se acercan a los nombres de los verdugos con el historiador Fernando Mikelarena, que en su reciente libro “Sin piedad” profundiza en esas responsabilidades criminales de la limpieza política registrada en 1936 en Navarra, la provincia del Estado en la que la proporción de votantes al Frente Popular asesinados por los golpistas alcanzó cotas más altas. El libro parte de la necesidad de una visión integral de aquel fenómeno, que incluya también a los responsables del mismo, habitualmente ausentes de los análisis por factores políticos y por tabúes sociales que conforman, entrelazados, quizas el sustento más importante de la impunidad del fasciofranquismo.

Así mismo, Martxelo Alvarez, conductor del programa, entrevista a Carlos Otxoa, miembro de Ahaztuak 1936-1977, sobre la decisión del Ayuntamiento de Iruña de exhumar los restos de los generales golpistas Mola y Sanjurjo de ese “Monumento a los Caidos” que aún hoy sigue glorificando el genocidio politico llamado Alzamiento Nacional.