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Múltiples fueron las concentraciones que los representantes de los sindicatos firmantes del Pacto (LAB, STEILAS, AFAPNA, ANPE, CCOO y UGT) hicimos en la calle el curso pasado, sin obtener ninguna respuesta.

Hemos empezado este curso 2020-21 presentando solicitud ante el Consejero de Educación del Departamento de Educación de una convocatoria ordinaria de la Comisión de Seguimiento del Pacto el 11 de septiembre, otra con fecha de 25 de septiembre, solicitando de forma extraordinaria la convocatoria de dicha Comisión y una tercera petición de convocatoria de reunión al citado Consejero, a instancias de los sindicatos firmantes, para la que solicitamos sala en el Departamento hoy, 15 de octubre a las 10:00. Al silencio administrativo de las dos solicitudes anteriores, que se ha vuelto a repetir en ésta también, hay que unir la ausencia de los integrantes de dicha Comisión por parte de la Administración navarra.

Los sindicatos firmantes del Pacto consideramos este desplante una falta de respeto a la Educación Pública navarra, cuyas únicas mejoras han tenido lugar gracias a la protesta (cobro de verano por parte del profesorado contratado) y vía Parlamento (reducciones horarias por edad).

Vamos a por el tercer curso de vigencia de este Pacto para la mejora de la calidad de la Enseñanza Pública Navarra, con dos cursos de retraso en la implementación de algunas medidas (Licencias por estudios no retribuidas), un curso en el caso de otras medidas (Extensión de la oferta educativa pública en euskara a Enseñanzas Artísticas) y falta de una calendarización de muchas otras que no tenían concretado el curso en que se implementarían (Aumento de profesorado para atender la diversidad). La desidia es la tónica de un Departamento de Educación que no responde a los sindicatos, si no es para desdecir su trabajo; y, eso sí, sólo ante la prensa.

Solicitamos al Consejero, Carlos Gimeno, que salga de su búnker comunicativo ya y empecemos a trabajar en estrecha colaboración por la mejora de la Educación Pública. Sin echar balones fuera. No todo es cuestión de dinero; en este caso, lo primero que hace falta es voluntad y responsabilidad política.