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“El TAV es un despropósito escalofriante. Sus 200 km en tierras navarras y los más de 4 mil millones de euros que pretenden gastar abren una profunda herida en todas las esferas de nuestras vidas”, citando el medio ambiente, denunciando que provocará desequilibrio territorial o que aumentará las desigualdades sociales, entre otras cuestiones.

Denuncian que gastar el dinero público en el TAV y no utilizarlo en el desarrollo de la sanidad, la educación, los servicios sociales y para la dependencia es un ataque contra las mujeres. Además, subrayan que ellas son mayoría entre las personas usuarias de los trenes de cercanías, y que la construcción del TAV les afectará especialmente. Los precios del “tren elitista” en sus desplazamientos diarios “cuando somos quienes tenemos los salarios y las pensiones mas bajas, los trabajos más precarios” y la eliminación de estaciones y servicios que ahora se prestan son otras de las críticas de estos colectivos feministas.

“Apuestan por la imposición y por vendernos un proyecto aparentemente neutro, pero que no responde a las necesidades materiales de las mujeres. Los gobiernos de Madrid y Navarra pretenden avanzar en el proyecto del TAV profundizando en las desigualdades y precariedades que sufrimos las mujeres frente al patriarcado capitalista, sin considerar el diferente impacto que pudiera tener el proyecto en mujeres y hombres”, aseguran.

“Y para ello, ni siquiera son capaces de cumplir sus propias leyes, por las que deben acompañarse de informes sobre el impacto por razón de sexo de los proyectos de disposiciones reglamentarias, planeamientos urbanísticos, modelo territorial… y en función de dicho análisis, adoptar medidas que no impliquen una mayor desigualdad entre mujeres y hombres. A nuestro entender el actual proyecto de TAV es un reguero de incumplimientos en este sentido”, dicen en el comunicado. Critican que no se haya realizado un informe sobre el impacto por razón de sexo y que el Plan Sectorial de Incidencia Supramunicipal de Etxabakoitz tampoco lo tiene.

“Es un proyecto realizado a espaldas de las necesidades de las mujeres, sin considerar las consecuencias que en materia de desigualdad puede conllevar para nuestras vidas, y sin plantear medidas correctoras que garanticen la igualdad”, continúan, para reivindicar que la igualdad de género “no es solo cosa del Instituto Navarro por la Igualdad, sino que debe responder a una política a implementar y garantizar en lo político, en lo económico, en el reparto de la riqueza y en el modelo territorial”.