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La gestión de admisión en el albergue fue gestionada por Cruz Roja con equipo voluntario, y el proceso se facilitó gracias a la colaboración de las mismas personas usuarias que ayudaron con las traducciones para completar las solicitudes de ingreso, indican desde Dar Etxea, plataforma de entidades sociales de apoyo a las personas sin hogar y migrantes. “Todo el apoyo a los trabajadores del albergue de Jesús y María y al equipo de Cruz Roja, que hicieron todo lo posible por acoger en condiciones a las personas demandantes del servicio”, indican en la nota, en la que reclaman ampliar esta cobertura “más allá de los cuatro días previstos”, ya que “el frío no termina en una semana, y es fundamental garantizar una solución estable y duradera para todas las personas sin hogar durante toda la temporada invernal.”

Al Ayuntamiento de Iruñea le piden “coordinar de forma más efectiva” el acceso a estos recursos y dotar de más recursos personales y materiales, como comida caliente. “Es necesario también mejorar la gestión en el acceso para evitar el sufrimiento y la humillación para recibir algo tan básico como agua, un bocadillo y una cama caliente. Esta debería ser una prioridad”, dicen.

Publificar un albergue gestionado por un fondo buitre

Además del albergue de Jesús y María, Iruñea dispone de otro albergue cuya gestión está en manos de una empresa privada, perteneciente a Grupo 5. “Esta empresa está controlada por un fondo buitre, el mismo responsable de numerosas muertes en residencias de ancianos en Madrid durante la gestión de la pandemia de COVID-19. Grupo 5 también está a cargo del centro de Tudela, donde los propios trabajadores y trabajadoras han denunciado la falta de medios y el uso lucrativo y abusivo de las necesidades de las personas usuarias”.

Si bien la concesión de este albergue fue otorgada durante el gobierno de Navarra Suma, finaliza a finales de este mes, dicen desde Dar Etxea, que piden al Ayuntamiento de Iruñea modificar las condiciones de gestión de los servicios públicos para evitar que caigan en manos privadas. “Los cuidados y la atención a las personas deben estar en el centro de nuestras políticas públicas. Basta ya de privatizar servicios sociales esenciales. Queremos un sistema público que garantice el bienestar y la dignidad de todas las personas.”