Ana Beltrán fue en busca de gresca a Maravillas, pero la jugada le salió mal

La dirigente del Partido Popular en Nafarroa Ana Beltrán trató de calentar el ambiente en San Fermin Txikito con una visita al epicentro de la fiesta para criticar la actividad del Gaztetxe Maravillas, pero su cita con la prensa en la plaza Nabarrería no salió como ella esperaba y se quedó con la indiferencia de los presentes.

2018-ko irailak 25

La gente no mordió el anzuelo y casi nadie la vio. Y es que muchas de las personas que abarrotaban la Plaza Nabarrería cuando acudió Ana Beltran al epicentro de la fiesta de los Sanfermines txikitos quizás ni la conozcan. Al fin y al cabo, el PP en Nafarroa podrá montar mucho jaleo estridente, pero sólo tiene dos parlamentarios y en el Ayuntamiento de Iruñea ni siquiera tiene concejales. Es decir, es irrelevante políticamente aunque a veces trate de mostrar lo contrario.

Y lo del sábado tenía toda la pinta de ser una nueva provocación. Ana Beltrán había convocado a los medios de comunicación a las 12 del mediodía en la Plaza Nabarrería para montar un show ante el Gaztetxe Maravillas, espacio autogestionado al que acusan desde el PP, entre otras cosas, de ser una competencia desleal para los negocios hosteleros de la zona. Algunos periodistas se acercaron hasta el lugar, pero las cientos y cientos de personas que abarrotaban la plaza impedían incluso que la dirigente del PP se acercara hasta el Gaztetxe Maravillas, el objetivo inicial de la convocatoria. Así que se tuvo que conformar con realizar las declaraciones alejada del “Centro del Mal” y rodeada de una multitud indiferente a su discurso. Alguno le preguntó sobre la deuda que su familia tiene con la Hacienda Foral, pero no hubo ni siquiera un conato de insulto. Y eso que muchas de las personas que llenaban la plaza habían sido alertadas vía redes sociales de las intenciones de la Beltrán y habían acudido al llamamiento de llenar la plaza para mostrar la normalidad y la popularidad con la que se celebran estas fiestas de barrio. Eso si, la presencia de media docena de furgonetas de la Policía Nacional española en las inmediaciones de la Catedral que habían llegado minutos antes no pasaban desapercibidas.  ¿Estaban allí para intervenir en caso de que las cosas se desmadraran? ¿Una escolta personal para la líder del PP a costa de todos los y las contribuyentes? Desde el PP aseguraron que ellos no les habían llamado.

Con esta fantochada, Ana Beltrán trataba de emular al presidente de su partido, Pablo Casado, que tanto en Sanfermines como en las fiestas de Gasteiz, hizo acto de presencia para buscar la imágen de enfrentamiento ante “los violentos”. A Casado no le salió bien la jugada, porque más allá de abucheos y pitos generalizados, no logró la foto que buscaba. A Beltrán ni siquiera le vieron.

Gehiago