Llamamiento desde Ermitagaina y Mendebaldea a secundar la movilización del sábado contra las casas de apuestas
En esta zona de Iruñea hay 3 casas de apuestas y numerosas máquinas en los bares. El sábado comparecieron ante el último establecimiento que ha abierto sus puertas en el barrio.
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El pasado junio el salón de juego Merkur abrió sus puertas en el barrio, elevando así a tres el número de salones en Ermitagaña y Mendebaldea. Este hecho no es más que el reflejo del incremento de casas de apuestas y salones de juego, ya que en los demás barrios de la comarca ha ocurrido lo mismo, aumentando exponencialmente.
Los negocios de este tipo en Navarra son alrededor de 60, y la cifra va en aumento. Es innegable que la adicción y miseria de algunos se ha convertido en la fuente de riqueza de otros. Basta con decir que el 60% de los jugadores no es capaz de pagar sus préstamos, para entender que en este producto que se promociona como forma de ocio no hay diversión para el que juega. El consumidor siempre sale perdiendo, debido a que las máquinas están programadas para ello.
Aunque existen consumidores de todas las edades, los datos que muestran la costumbre de los jóvenes de apostar son los más preocupantes. Un tercio de las personas de 18 años ha apostado alguna vez, teniendo en cuenta sólo a aquellos que lo han reconocido. No es de extrañar, si reparamos en que, por ejemplo, Jasto Ikastola está a estas distancias de los salones: Reno 350m, Merkur 200m eta Sportium 190m. Al lado está también la Biblioteca y el Conservatorio de Música. Cualquier persona se siente atraída a acercarse al local, con sus grandes luces multicolores, un sitio agradable y caliente para pasar la tarde, con venta de bebidas baratas…
Sobra decir que no les falta propaganda. Además de los anuncios que salen cada día en televisión, también pueden encontrarse los nombres de estas empresas en internet o como patrocinadores principales de clubes deportivos.
Nos preocupa el ascenso de estos locales, al igual que la subida de la ludopatía. Por esa razón, algunas vecinas de Mendebaldea y Ermitagaña hemos comenzado a organizarnos para hacer frente a este problema como barrio. No admitimos a empresas que buscan enriquecerse a costa de la miseria de quienes sólo contamos con nuestro salario. Queremos fuera del barrio a aquellos que quieren obtener beneficios impulsando la adicción, y no vamos a parar hasta conseguirlo.