Ocupación/apropiación, legalidad y ocupación/usufructo
Aniceto Morales Horrillo
2018-ko irailak 4
Con el asunto del Gaztetxe Maravillas el otro día leí un artículo donde se intentaba equiparar o
poner al mismo nivel las ocupaciones que hace la Iglesia Católica a través de la
inmatriculaciones y las ocupaciones como la del Gaztetxe Maravillas. Las comparaciones
siempre suelen ser odiosas, pero esta en concreto creo que no tiene ni pies ni cabeza. Con ese
pretexto me he aventurado a escribir este artículo para diferenciar ambos tipos de ocupación y
de paso hablar de la famosa legalidad, mantra de la derecha, que se está utilizando en exceso
para denunciar esta ocupación.
En primer lugar quiero recordar que legalidad no es sinónimo de justicia (ahí está la famosa
Ley Mordaza legal como la que más, pero injusta y antidemocrática como ninguna) y en este
asunto de los Gaztetxes se hace bastante hincapié en la cuestión de legalidad, diciendo que la
ocupación del Palacio de Rozalejo es ilegal. La Iglesia Católica lleva toda la vida ocupando
espacios comunitarios, que se han construido con el esfuerzo de ciudadanas y ciudadanos y
desde 1998 se está apropiando alegre, masiva y descaradamente de ellos en nuestra misma
cara gracias a la Ley Hipotecaría del gobierno de Aznar. Sin ir más lejos y por poner un
ejemplo cercano, en la web de la Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro podemos ver
una relación de 304 inmuebles que el Arzobispado de Pamplona y de Tudela desde 1998 a
2007 se han inmatriculado en Navarra. Efectivamente esto es legalidad, pero es ocupación y
robo legalizados. Es la OCUPACIÓN/APROPIACIÓN de la que por desgracia no quieren hablar
los partidos que con mayor vehemencia critican a los Gaztetxes.
La OCUPACIÓN/USUFRUCTO es la que llevan a cabo las/os jóvenes que abren Gaztetxes.
Buscan locales que llevan tiempo cerrados e inutilizados. El actual Gaztetxe Maravillas está en
un local que actualmente es propiedad del Gobierno de Navarra y que llevaba 20 años cerrado.
En auzolan los limpian, los pintan, los acondicionan y finalmente los autogestionan para uso
propio y para ponerlos al servicio de la sociedad sin pedir nada a cambio. Muy al contrario que
la Iglesia Católica, las/os jóvenes no buscan la propiedad de esos locales, solo quieren
utilizarlos mientras no tengan otro uso y hacerlos útiles a la sociedad, en definitiva socializarlos
no privatizarlos. En una sociedad capitalista como la nuestra en la que lo que prima es la
propiedad privada, el dinero y la especulación difícilmente se puede entender que haya
jóvenes que acondicionen locales abandonados para darles un uso social. Esta actitud altruista
y responsable de la juventud no debería ser reprimida brutalmente como en el pasado ni de
forma más suave como en el presente, al contrario esa actitud habría que potenciarla
buscando fórmulas y legislando para que sea posible que las/os jóvenes puedan tener locales
autogestionados. El cambio político en Navarra no debería ser para cambiar el tipo de
represión, sino para dialogar y buscar soluciones que nos puedan beneficiar a todas y todos y
si no es posible a todos a la gran mayoría.
UPN, PPN y PSN que tienen bastante jodido lo de hacer oposición han estado atacando
últimamente al cuatripartito con los Gaztetxes de Iruñea (antes han sido las banderas y el
euskara) y con especial ahínco con el Gaztetxe Maravillas del Casco Viejo hasta conseguir que
el Gobierno de Navarra solicitase el desalojo. Parece que la situación se ha reconducido de
momento después de la nueva ocupación y la retirada por parte del Gobierno de Navarra de la
denuncia y archivo judicial de la causa. La oposición no debería marcar la agenda política y así
es la mayoría del tiempo, pero en este caso han pillado un poco de cacho, que no se ilusionen.
Esta pequeña crisis se puede tomar como una carga o como una oportunidad, como un
problema para minar el cambio o como una oportunidad para fortalecerlo. A mí me parece
que lo adecuado es el segundo de los dos casos. Los partidos del cambio y sobre todo el propio
Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona deberían ser conscientes de que una
parte importante de la sociedad, la juventud en concreto, carece de espacios para la
autogestión y autorganización. En Navarra el movimiento asociativo y los movimientos sociales
han tenido siempre un peso importante y en una gran medida a ellos se debe el cambio
político actual y el cambio más profundo que está por llegar. ¿Ante este movimiento social y
asociativo a quién le extraña que la juventud también se quiera organizar? No haber
contemplado en el acuerdo programático actuaciones concretas para satisfacer esta necesidad
de una parte importante de la juventud nos trae estas consecuencias, pero estamos a tiempo.
Por lo tanto, estaría bien dejarse de debates sobre legalidad e ilegalidad, sobre represión
fuerte o suave, etc e ir al fondo del problema para darle una solución definitiva o por lo menos
poner el tema en vía de solución definitiva. No solucionarlo y taparlo en falso no impedirá que
vuelva a resurgir y con más fuerza si cabe. Hace falta ganas, voluntad política e imaginación.
No hay que inventar nada nuevo. En muchos otros sitios existen Gaztetxes y fórmulas hay
muchas para que la juventud pueda organizarse como quiere. En Gasteiz por ejemplo el
Gaztetxe acaba de cumplir 30 años. Se trata de buscar la mejor fórmula y si es posible
mejorarla, pero eso se hace con diálogo y sentándose a hablar. No se pude exigir el desalojo
sin una alternativa viable, después de un año de trabajo e implantación, como lo han
demostrado las movilizaciones y la última manifestación.
Por último me gustaría decir que a mi esta gente y partidos que tanto critican la
ocupación/usufructo de los movimientos juveniles, que por su situación económica no
disponen de locales, me hace una gracia tremenda cuando no dicen nada o ,es más, defienden
las concesión que se hacen al ejército en el campo de tiro en Bardenas, cuando el estado a
través de la Declaración de la Renta recauda dinero para esa gran multinacional que es la
Iglesia Católica y si con eso no llega con el dinero de todos los contribuyentes le dan una
asignación fija, cuando callan sobre sus inmatriculaciones, cuando se le exime de impuestos,
cuando se le permite que adoctrinen en las escuelas con dinero público financiando la
asignatura de religión estando en un estado laico. Basta de hipocresía. Aurrera Maravillas.