El que no trabaja es porque no quiere
“El que no trabaja es porque no quiere”, he oído últimamente en boca de demasiados jóvenes entre los que ha calado el discurso neoliberal a nivel inconsciente. Y digo a nivel inconsciente porque muchos de ellos se declaran de “izquierdas” y son votantes de EH Bildu, Podemos, CUP, etc. (esto sí que es preocupante).
Jimmy Muelles
2017-ko ekainak 12
Creo que es debido a la falta de una formación política
básica, los jóvenes no tienen herramientas para analizar críticamente la realidad política más
allá de la mera consigna, y los responsables de esta carencia, además de los medios de
comunicación, son las fuerzas políticas (partidos y demás organizaciones) de izquierdas, por
haber volcado todo el peso de su discurso en el aspecto emocional, simbólico y relativo a la
imagen. En lugar de explicar de modo racional la validez de unas ideas frente a otras. Es por
ello que nos encontramos con jóvenes con la camiseta del Che, que votan a partidos de
izquierdas y creen ser muy radicales, pero que no se plantean la relación existente entre la
economía y la política, y ni siquiera sospechan la posición que ocupan en el espectro ideológico
cuando hacen afirmaciones del tipo: “primero los de aquí”, “ni machismo ni feminismo”, “pero
qué dices de crisis, si los bares están llenos”, “el que no trabaja es porque no quiere”, etc.
Cada vez que se pronuncia uno de estos tópicos, Hayek contrata un gatito negro por medio de
una ETT.
El sistema capitalista es el modelo de producción que vivimos, y se basa en la propiedad
privada de los medios de producción. Este sistema impone que el trabajador proporcione su
fuerza de trabajo a cambio de un salario, para asegurar su subsistencia, mientras que la
empresa, que es la propietaria de los medios de producción, invierte en ese trabajador para
obtener beneficios. La derecha neoliberal afirma que para que haya un equilibrio perfecto, el
estado no debería intervenir en la economía: esto en la práctica supondría desregular la
actividad económica, reducir el sector público, acabar con el asistencialismo social… Pues
según ellos, una de las causas del desempleo es la regulación de los salarios mínimos, la mera
existencia de derechos laborales. Pues eso, cuando alguien dice que “el que no trabaja es
porque no quiere”, está diciendo que el mercado funciona como un ordenador eficiente de los
recursos, se está alineando (de un modo llano y popular) con una perspectiva brutal de las
relaciones sociales. Pero la realidad es que existe un segmento de la población carente de
derechos, recursos y capacidades básicas, porque las condiciones objetivas de existencia no
son iguales para toda la gente. No sólo el acceso al mercado laboral, tampoco el acceso a la
salud, a la educación, a la información, etc. está justamente repartido.
Ser de izquierdas no es formar parte de una tribu urbana, ni sentir apego emocional hacia
ciertas organizaciones, ni sentirte identificado con determinados símbolos, tampoco llevar una
chapa. La izquierda política es una corriente que persigue el objetivo de la igualdad social, y
esta sólo puede existir en una sociedad sin clases donde la propiedad de los medios de
producción sea colectiva, sólo así puede haber justicia en el reparto del trabajo y de los
recursos. Porque la persecución del interés personal en el contexto de las relaciones
capitalistas genera miseria, desempleo, pobreza, desigualdad. Por eso creo que los partidos y
organizaciones de izquierda que pretenden “cambiar las cosas” dentro del marco social y
político vigente, sin cuestionar siquiera la legitimidad del orden social, están reproduciendo
esas mismas injusticias que critican. Por mucho que se hagan llamar independentistas y de
izquierdas puertas afuera.