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Angel decidió hacerse un chequeo para saber cómo se encontraba de salud. Llevaba dos años en paro y al no tener las revisiones periódicas de su antigua empresa, se encontraba preocupado. El médico le dió la mala noticia. Padecía cancer y debía someterse a tratamiento para sobrevivir. Dice que lo más duro fue la recuperación, y también recuerda que escuchar la palabra “cancer” le “acojonó”. El apoyo de la familia y de las personas de su entorno fue fundamental, subraya.

Mariló también se sometió a una revisión, y también le encontraron un cancer. Pero en su caso, ella tuvo que peleárselo todo. Ella se encontraba en prisión. Hasta allí no llegan las campañas de prevención, allí no tuvo “un hombro sobre el que llorar” cuando le dieron la noticia. Mariló estaba sola, para cada una de las sesiones de radioterapia o cada vez que tenía que ir a ginecología, las policías que le custodiaban le acosaban. Otras muchas veces perdió consultas médicas porque no había efectivos policiales suficientes para trasladarle de la cárcel al hospital. El maltrato llegó incluso a poner su salud en peligro, pero Mariló logró salir adelante y la presión social consiguió que le fuera concedida la prisión atenuada. Ahora pide que los 21 presos políticos vascos que se encuentran gravemente enfermos puedan salir de prisión para que sean atendidos con dignidad y puedan recuperar su salud.

El 13 de mayo, cadena humana en Iruñea

Sare Herritarra ha convocado una cadena humana para el próximo 13 de mayo que unirá el barrio de Arrotxapea y Atarrabia pasando por Antsoain. Una inciativa con la que se quiere recordar que son tres los presos navarros o con lazos familiares en el herrialde que padecen graves enfermedades: Iñaki Etxeberria, Josetxo Arizkuren y Gorka Fraile.

Sare Herritarra y Ahotsa.info han unido sus esfuerzos para poner voz al sufrimiento de las personas que, encontrándose en prisión, padecen una grave enfermedad, como fue el caso de Mariló Gorostiaga, ejemplo de la crueldad de la institución penitenciaria.