Buddy
2015-ko ekainak 29
Cuando una buena causa llama a nuestra puerta, nos movilizamos reclamando su solución. 80.000 personas han firmado una petición en la página web Change.org para que dejen salir del aeropuerto de Barcelona a un cachorro, Buddy, retenido tras desembarcar procedente de Nueva York, problemas administrativos.
Entre la opción de que lo mantengan retenido o la de que lo dejen salir la más noble y liberadora es que lo dejen salir. Naturalmente. Por otro lado, si solo se trata de firmar, mejor hacerlo que dejar de hacerlo. Faltaría más.
Quizá las buenas causas que nos salen al encuentro, apelando a nuestra sensibilidad, nos ayudan a mantenernos insensibles ante una realidad verdaderamente cruel que afecta a millones de personas en entornos cada vez más próximos, realidad que intentamos que permanezca oculta.
Quizá la cómoda facilidad del compromiso que nos demandan nos ayuda a no plantearnos si esa cruda realidad que afecta a tantísimas personas no está demandando de nosotros algo más, mucho más.
Quizá nuestra sensibilidad linda con el cinismo y nos conduce a una estupidez perversa. 80.000 es una cifra en la red de redes pero hay más: 1.700.000 son las horas extras (declaradas), que se hicieron en Navarra el pasado año, el equivalente a 1.000 puestos de trabajo a jornada completa. Esas horas muchas veces las imponen y otras muchas, las hacemos con gusto, arrojando al paro a otras personas. Firmaríamos por que haya más trabajo pero nos resulta más difícil modificar nuestras acciones.
Las cifras ahí están, generando indignación, las mires como las mires. Indignación de la que debemos ser sujetos y objeto.
Colectivo Malatextos – Txema Berro