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Cientos de personas participaron ayer domingo en manifestación en la Txantrea para pedir el final de los juicios políticos. Bajo el lema “Por el derecho de hacer política en libertad. Izaskun, Ander, Arantza eta auziperatu guztiak libre” la marcha naranja ha recorrido las calles del barrio pamplones.

El 22 de septiembre empezó el juicio contra 28 jóvenes, entre ellos Izaskun Goñi y Ander Maeztu, de la Txantrea, a quienes piden seis años de cárcel bajo la acusación de ser miembros de Segi. Y la semana pasada supimos que una tercera vecina, Arantza Santesteban, será juzgada a partir del 12 de enero por su implicación en Batasuna. Hay otras tres personas en el barrio imputadas: Floren Aoiz (Herrikos), David Soto (Askapena) y Sergio Labayen (Herrira).

Igualmente, la Audiencia Nacional ha ordenado el decomiso de Zurgai Herriko taberna, y según denuncian desde Txantreako Herri Harresia, "la policía mantiene la coacción, los seguimientos y el espionaje a decenas de personas de la Txantrea".

Al final de la marcha tomaron la palabra varios de los imputados, que denunciaron que con estos juicios se están criminalizando las ideas. “Somos militantes políticos, somos activistas sociales. Hemos llevado a cabo nuestro trabajo en el movimiento popular o en la izquierda abertzale de manera pública, y nos quieren castigar con cárcel por nuestro compromiso, para quitarnos de en medio”.
 “Sabemos que vienen a por nosotras”, dijeron. “Nos querrán encarcelar para intentar tapar sus miserias y poner obstáculos a la resolución. Por eso, nuestra esperanza esta puesta en la gente. Y no vamos a esperar a que lleguen las ordenes de encarcelamiento, queremos luchar juicio a juicio para lograr la absolución de las imputadas, y a la vez ir construyendo un gran bloque democrático en Navarra por el fin de los juicios”.

A todas las personas que quieren acabar con toda esta situación las han invitado a sumarse al muro popular de la Txantrea. Según informaron, están impulsando una dinámica en el barrio para que estas seis personas no sean encarceladas, "y para que todos los vecinos y vecinas podamos hacer política en libertad". Se mostraron convencidas de que es posible conseguir estos objetivos mediante la activación popular y, si es necesario, la desobediencia masiva, y animaron al vecindario a seguir tomando parte en las movilizaciones.