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Yolanda Barcina anuncia su retirada como candidata de UPN a las próximas elecciones, aunque deja la puerta abierta a participar en la lista del partido regionalista. Sin duda, el argumento de que se trata de una decisión personal y que no ha recibido presiones será muy discutida, ya que incluso dentro de su propio partido muchas han sido las voces que se han alzado en los últimos tiempos en su contra.

De hecho, el convecimiento en las bases regionalistas de que con Barcina era imposible un acuerdo con el PSN tras la ruptura del gobierno era un motivo más que suficiente para que cambiara la cabeza de lista. Y es que, los resultados de las próximas elecciones podrían ser tan ajustados que un acuerdo del PSN y UPN para gobernar y evitar un cambio político sería la única opción viable para los españolistas, si es que el PSN no se desploma y dan los números.

Pero no se puede obviar el desgaste que ha sufrido Barcina y UPN por la continua movilización social contra los recortes y las políticas antisociales de los regionalistas. No hay un solo sector social o político fuera de la órbita de UPN que no haya salido a la calle para protestar por sus políticas. Y eso, sumado a los escándalos de corrupción y derroche de los recursos públicos, ha echado la imagen de la presidenta del Gobierno de Navarra y de su partido por lo suelos.

Ahora, queda por ver cuales son las reacciones de los partidos políticos navarros y de los principales agentes sociales del herrialde y cual será el candidato de UPN para las elecciones del año que viene. Tras la renuncia de Barcina, muchas preguntas siguen en el aire: ¿se va o la echan? ¿Será este movimiento suficiente para mantener el "régimen" en Nafarroa?

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