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Haritu viene denunciando el empeoramiento de las condiciones de vida de los y las trabajadoras y, especialmente, de la población racializada en situación irregular. “La subida desorbitada de los alquileres en los últimos años, las dificultades en el acceso a la vivienda (nóminas, fianzas, seguros,…), los abusos de la clase propietaria, el aumento de los desahucios por impago de alquiler, la especulación de los fondos buitre, la subida sin precedentes de los suministros y el combustible, el estancamiento de los salarios, la subida del precio de la cesta de la compra y de los bienes de primera necesidad, la falta de tiempo de libre disposición, el aumento de las cargas de cuidados que recaen fundamentalmente en las mujeres…”

Así, recuerdan que “el empobrecimiento comienza a generalizarse y la vida cada día cuesta un poco más, hoy vivimos peor que hace quince años”. Mientras, los beneficios de los grandes empresarios, pequeños y medianos propietarios y bancos aumentan “a costa de nuestras vidas”, y creen que las instituciones no hacen “sino seguir impulsando políticas destinadas al mantenimiento del consumo sin buscar medidas que ataquen de lleno la raíz del problema: la mercantilización de la vida”.

Haritu lleva dos años realizando un trabajo de denuncia y sensibilización en torno a la problemática de las necesidades básicas y de la vivienda y ha puesto en marcha la Despensa Solidaria y el Sindicato de vivienda. “Dos años señalando lo que para ellas son las causas estructurales de estos problemas: la mercantilización de la vivienda, la desigualdad en el acceso a los recursos, la explotación de clase, el racismo institucional, la violencia contra las mujeres. Dos años peleando para que los cimientos de este mundo cambien de raíz”.