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Mientras a nuestros políticos y gestores se les llenan la boca con campañas sobre la humanización de los cuidados, unidades como la UCI pediátrica (a pesar de las inversiones realizadas en las últimas legislaturas) carecen de las condiciones suficientes para poder atender con la calidad necesaria.

Navarra tiene aproximadamente 40 puestos de UCI para adultos (HUN, Hospital de Tudela, o el García Orcoyen de Estella), unidades que han sido renovadas hace escasas fechas o con una antigüedad de menos de 10 años, mientras la UCI pediátrica se encuentra sin ubicación permanente y, por supuesto, sin condiciones no ya adecuadas, sino dignas para la atención pediátrica.

Y es que parece que la situación de la atención pediátrica, está en las últimas hojas de las agendas de nuestros políticos y gestores sanitarios. Si no, no se entiende que tengamos unos servicios tan precarizados en cuanto a infraestructuras, constatándose no solo en el área general, sino también en el área maternal y pediátrica de antiguo hospital Virgen del Camino como un hospital obsoleto, ineficiente y totalmente desubicado de las necesidades actuales.

La unidad de hospitalización pediátrica necesita un abordaje integral para la reconstrucción de las habitaciones. Los niños y niñas se encuentran hacinados en habitaciones de tres camas, casi siempre llenas, sin climatización y con continuos parches que no palian la situación.

La unidad de psiquiatría infantojuvenil, es otro ejemplo de infraestructura obsoleta y mal dimensionada, con cuatro puestos para dar atención de urgencia a toda la población de Navarra, por supuesto, sin el personal suficiente para las necesidades que se generan.

La recién acabada reforma del servicio de neonatos, no es más que otro parche que nuestros gestores han realizado (400.000 euros totalmente insuficientes), que, aun siendo bien recibidos, deja muy a las claras, otra vez, las intenciones de estos de no abordar la situación de la pediatría en el HUN de una forma integral y completa mediante un plan director factible y con un cronograma determinado.

Nos encontramos ante una situación general que no solo lleva al hastió a los y las profesionales, sino al cabreo e impotencia generalizada de las familias que ven cómo sus hijas e hijos no pueden ser cuidados como se merecen.

Además, esta situación genera múltiples derivaciones a la sanidad privada, algo que nuestros gestores sanitarios entienden como normal y necesario bajo el mantra de la colaboración público privada y que nuestro sindicato denuncia como una clara privatización de servicios fundamentales.

Desde LAB, denunciamos la actitud de parte de los gestores y mandos intermedios y su nula apuesta por aportar soluciones. Es hora de que, tanto gestores como políticos, se pongan manos a la obra y ejecuten todas esas buenas palabras e intenciones que dicen tener y establezcan un cronograma de acciones para la atención pediátrica de una forma integral, aportando la financiación necesaria.