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 No hablamos de grandes inversiones y costosas infraestructuras, que igual si moviéramos toneladas de hormigón nos iría mejor, sino de esa palabra tan en desuso y tan poco practicada, la hospitalidad. Un espacio donde las personas que llegan víctimas de migraciones forzosas, ya sea por conflictos o refugiadas por motivos económicos o climáticos, de los que en un 99% somos responsables los países más “desarrollados”, donde dichas personas sean informadas de los básicos recursos existentes en nuestra ciudad y Comunidad. Pasos básicos para ir superando la carrera de obstáculos a la que son sometidas hasta poder participar como ciudadanas y contribuir al enriquecimiento de nuestra envejecida sociedad. Algo tan básico y sencillo como una oficina de acogida, información y acompañamiento, que hemos montado entre unas pocas personas voluntarias como buenamente hemos podido. Este espacio que tan necesario veíamos y que desde Políticas Migratorias parecía tan farragoso y complicado, ahora lo han montado en poco más de una semana ante el conflicto de Ucrania. Un teléfono y un correo de contacto, una oficina y 3 personas atendiendo, para informar y derivar a los agentes necesarios, para escolarización de los menores, acceso a servicios sociales básicos y otras necesidades para las y los ucranianos que llegan.

Celebramos esta rápida respuesta ante una necesidad tan básica pero nos entristece profundamente este racismo institucional que tan claramente diferencia su acogida si eres una persona blanca, rubia y de origen europeo que si eres negra o de otras tonalidades; si vienes de Europa, o si procedes de África, Oriente Próximo o Latinoamérica. La solidaridad y la acogida no deberían guiarse por el origen sino, bajo un velo de ignorancia sobre este dato, orientarse bajo criterios de humanidad. El drama de la guerra, del hambre y de la explotación es el mismo en Ucrania, que en Siria, Afganistán, Mali, Palestina, Sáhara, Haití, Yemen o Etiopía. En 2021 murieron más de 4400 migrantes tratando de llegar al Estado español. Una cifra escalofriante ante la que, la única respuesta, es militarizar el Mediterráneo y construir vallas más altas, cosa que no hará sino aumentar el tamaño de la tragedia.

Por todo esto solicitamos, reclamamos, exigimos al Gobierno de Navarra que este Centro de Atención de emergencias, que con tanta eficiencia han creado, permanezca de forma permanente y sin discriminar a las personas por su origen. Negro = a blanco.