Va siendo hora de que la MCP cumpla las leyes de residuos

En respuesta a la presentación, a bombo y platillo, del anteproyecto de planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos (RSU) de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP) en Imarcoain, queremos comunicar que estamos en contra del mismo porque es ineficiente, además de un despilfarro económico y un ataque al medio ambiente.

Jesús Arbizu Txurio, compañía de las Tres Erres (Reducir, Reutilizar, Reciclar) y Pablo Lorente, Fundación Sustrai Erakuntza .

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Se nos presenta una inversión para dicha planta de 70 millones de euros (M€), más
otros 8 M€ para la implantación de tarjetas electrónicas en los contenedores de materia
orgánica y “Resto”. Tienen que justificar esas multimillonarias cifras ya que la planta, según
ellos, va a hacer “maravillas”: Duplicar las toneladas de “recuperación” de residuos.
Obtener metano para los camiones de la basura y para los autobuses del TUC. Tratar
conjuntamente la materia orgánica ‘sucia’ y ‘limpia’, además de los envases. Va a ser la
“única” en su género en España, etc. Y todo gracias a su alta capacidad de rendimiento por
la incorporación de un sistema innovador, “integrado” y “flexible” que permite realizar esas
“maravillas”.
¿A qué nube se han subido las cabezas rectoras de la MCP? 

Bajen a tierra y empiecen a pensar en cómo cumplir y hacer cumplir los principios
básicos de las leyes y directivas sobre residuos: 1. Tasas por generación (quien contamina,
paga). 2. Separación selectiva en origen y obligatoria, (supondría la práctica eliminación del
nefasto “Resto”). 3. Proximidad entre generación y tratamiento, (habría una reducción
drástica de la recogida y transporte con camiones y de su contaminación, sean de gasoil o
de metano. 4. Prioridad en la obtención de Compost de la materia orgánica o biorresiduos.
Son la fracción más numerosa de los residuos (entre el 40-45% del total) y su compostaje,
fácil y económico, aporta grandes beneficios a los suelos de cultivo. 5. Tratamientos
descentralizados con Autosuficiencia y Simplicidad técnica, Flexibles ante posibles cambios
y Abiertos a la Participación de la ciudadanía. 

Bajen y vean los nocivos efectos del Covid-19, que agravarán la situación económica
global, originando aumento del paro que afectará especialmente a las clases más
desfavorecidas, por lo que será necesario aumentar el gasto social. No esperen ayudas de
la administración pública, tanto europea como autonómica, que van a aumentar su
endeudamiento y ya están revisando sus presupuestos. A pesar de todo ello hacen cuentas
millonarias para la planta de tratamiento y sin embargo se olvidan que es imprescindible
contar con un vertedero, ya que el actual de Góngora se cerrará el día 1 de enero de
2023… una inversión totalmente necesaria sea cual sea el tratamiento que propongan. La
MCP debe prever una disminución drástica de ingresos (ya ha dicho que en el TUC son 6
M€ los perdidos en el primer semestre de 2020). ¿No van a plantear un nuevo presupuesto
de acuerdo a la situación de emergencia social? ¿De verdad creen los señores Campión,
Amorena, Miranda, etc., que se van a recibir tantas ayudas públicas para su faraónico
proyecto? ¿No piensan en ahorrar manteniendo la planta de envases actual en Góngora y
totalmente funcional hasta el año 2028, en vez de montar otra en Imarcoain?

La MCP lleva incumpliendo la legislación, con sus vertidos de biorresiduos en
Góngora, no sólo durante 10 años (como dice el Sr. Campión), sino al menos 15. Nunca
han cumplido el Decreto 1481/2001 que desde 2006 limita la cantidad de esos vertidos. Es
más, a pesar de la solicitud del Ayuntamiento del Valle de Aranguren y de las presiones de
grupos ambientalistas para instalar una planta de compostaje junto al vertedero inaugurado
en 1992, no quisieron construirla y así llegamos al cierre del mismo. El Gobierno de
Navarra de entonces autorizó el funcionamiento del vertedero sin la construcción de algo
tan fundamental como una planta de compostaje. Si se hubiera realizado en su día, hace
ya 28 años, probablemente no estaríamos hablando hoy del incumplimiento de los vertidos

de biorresiduos y de que sea el vertedero la empresa de la Comarca con las mayores
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). 

La MCP recibió el consejo-propuesta del Gobierno de Navarra de instalar una planta
de bioestabilización para los residuos de la fracción “Resto”, al estilo de la existente en
Cárcar, perteneciente a la Mancomunidad de Montejurra. Rechazó la propuesta y el posible
apoyo técnico-económico anexo a ella. 

El equipo directivo de la MCP ha visitado en Alemania plantas del modelo que
quieren montar en Imarcoain; el de tratamiento mecánico-biológico (TMB) de los residuos
de “Resto”. Modelo que se repite, con ligeras diferencias, por toda Europa. En España son
más de 120 plantas de TMB, y no consiguen, en promedio, más que un 5% de materiales
(plásticos, latas, textiles, tetrabrics…) aptos para el reciclaje. El metano sale inutilizable por
la gran cantidad de impurezas de la fracción “Resto” y el coste de depuración para usarlo
como combustible es muy alto; el “puré” digerido tras el proceso de biometanización suele
llevarse a enterrar, porque no llega al mínimo de calidad del peor de los fertilizantes.
Hubiera sido más productiva esa visita a Alemania para traer la idea e instalar aquí el
sistema de recuperación de envases, el sistema de depósito, devolución y retorno, (SDDR),
que allí alcanza niveles de reutilización y reciclaje de envases superiores al 90%. 

La MCP tiene desde hace varios años diversos estudios y anteproyectos de plantas
de compostaje y de su gestión, donde se recomienda la descentralización de las mismas,
pero han despreciado esas opciones. Sin embargo la dirección de MCP habla con
entusiasmo de la extracción de toda la energía (metano) posible de los biorresiduos,
cuando tanto los expertos como los sucesivos ministerios de medio ambiente europeos
recomiendan el compostaje frente a la biometanización y desaconsejan la construcción de
plantas de biometanización por su alto coste, (artículo 6,5,1 del Plan Estatal Marco de
Residuos PEMAR). El citado PEMAR establece que en el caso de que se opte por la
biometanización o valorización energética, hay que “limitarla a los rechazos procedentes
de instalaciones de tratamiento y a materiales no reciclables” (lodos de depuradoras,
subproductos de la ganadería no aptos para consumo humano, purines, etc.). En
Imarcoain, se pretende biometanizar la totalidad de los biorresiduos, incluyendo los
recogidos selectivamente en el 5o contenedor. Un fraude a la ciudadanía, al suelo agrario
y al medio ambiente. 

El anteproyecto de planta de MCP será una “super-máquina” para, tras un “paripé”
de tratamiento, poder enterrar sin miedo a sanciones. Eso sí, a un coste brutal. Con ese
modelo de su gestión, la MCP seguirá incumpliendo las directivas europeas y estatales
que propugnan la protección del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático y la
Economía Circular. Ya no podrán decir que no se le han ofrecido alternativas y
oportunidades. El Gobierno de Navarra debe decidir.

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