TRW: el empleo, una lucha a ganar entre todxs
La pérdida de 123 puestos de trabajo de “buena calidad” en TRW y la falta de garantías sobre el futuro a medio plazo de la planta de Landaben sólo puede valorarse como una trágica noticia para la sociedad Navarra.
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Más aún porque estamos ante una secuencia que se sigue repitiendo sin que nadie sea capaz de ponerle freno de manera eficaz: empresas de capital multinacional, que han ganado y siguen ganando muchísimo dinero (en parte gracias a las cuantiosas ayudas públicas que han recibido); que serían perfectamente viables con un adecuado plan industrial de futuro; de buenas a primeras deciden deslocalizar su producción dejando en Navarra un reguero de paro y miseria. Antes que en TRW, lo hemos conocido en INASA, FAURECIA, DURA, APSA, KAYABA, TRENASA……Estamos ante una realidad que requiere de una profunda reflexión en varias vertientes.
En primer lugar, debemos ser conscientes de que en el marco actual y con la correlación de fuerzas actual esta batalla no la podemos afrontar empresa por empresa. En TRW se ha visto de forma meridianamente clara la chulería, la prepotencia y la sensación de impunidad con la que juegan las multinacionales. Saben que tienen el marco a su favor, se sienten seguros y con las manos libres para hacer lo que les viene en gana. Han venido primero un inglés y luego un polaco, y la unanimidad sindical y político-institucional en favor del mantenimiento del empleo de TRW se la han pasado literalmente por el forro de sus vergüenzas. Con una jugada de manual han conseguido lo que querían: amenazan con 250 despidos y se van silbando con 123 y un nuevo convenio a la medida de su avaricia sin límites. Y dentro de un tiempo, cuando les dé la gana si no cambiamos las cosas, vendrán y decidirán sobre lo que queda de empleo y planta en función de lo que más beneficios les reporte, a ellos y a los accionistas que les compensan con sueldos millonarios.
Debemos ser conscientes de que en el marco actual y con la correlación de fuerzas actual esta batalla no la podemos afrontar empresa por empresa. En TRW se ha visto de forma meridianamente clara la chulería, la prepotencia y la sensación de impunidad con la que juegan las multinacionales
Sin duda, se podía haber hecho más desde el departamento de Manu Ayerdi para dificultar los planes de fuga de la empresa y defender el empleo. No tocaba sólo mediar sino también intervenir para hacer lo más difícil y caro posible lo que finalmente a sucedido. Lo que no procede de ninguna de las maneras es valorar positivamente un “acuerdo” que no es tal sino la culminación de un chantaje indecente. También ha sido descorazonador el resultado de la votación con la que la plantilla de TRW ha validado la última “propuesta” de los liquidadores. Aquí también hay diferentes responsabilidades: si CCOO y UGT hubieran demostrado más convicción en la capacidad de lucha de la plantilla apoyando abiertamente la propuesta de huelga indefinida hecha por LAB la partida seguiría abierta y con ella la esperanza de echar para atrás la salida traumática que se ha consumado. Sin convicción por parte de los sindicatos que hacen mayoría en el Comité, es entendible el miedo de algunos trabajadores a perderlo todo en esta lucha desigual entre David y Goliath.
El capitalismo no es sólo una forma de entender la política económica, ni es sólo una doctrina ideológica; es un proyecto de sociedad que necesita de seres humanos modelados. O cambiamos el marco en el que se desarrolla actualmente la lucha entre
el capital y el trabajo o nos las van a seguir metiendo todas
Pero vayamos al meollo de la cuestión. El capitalismo no es sólo una forma de entender la política económica, ni es sólo una doctrina ideológica; es un proyecto de sociedad que necesita de seres humanos modelados. Margaret Thatcher ya dijo eso de “El capitalismo es el método, el objetivo es cambiar el alma”. O cambiamos el marco en el que se desarrolla actualmente la lucha entre el capital y el trabajo o nos las van a seguir metiendo todas. Para cambiar este marco desfavorable hay que actuar desde la calle y desde las instituciones. Desde la calle, dimensionando correctamente la pelea que se entabla cuando una empresa se ve amenazada por la deslocalización. Para entonces, los dueños de esa empresa ya habrán tomado las medidas necesarias para aguantar sin inmutarse la lucha que puedan entablar sus trabajadores. O planteamos una escala de movilización que incomode la posición del capital y la patronal (politizando la respuesta), o poco van a poder hacer unas decenas de currelas ante una todopoderosa multinacional.
En cuanto a las instituciones, está quedando en evidencia su limitada capacidad para responder ante retos tan importantes. Con el cambio político se ha conseguido que todo un Gobierno de Navarra se haya puesto del lado de las plantilla, algo impensable en los Gobiernos del Régimen. Pero no ha sido suficiente para parar los pies a TRW. ¿Por qué? Porque el marco legal español ata de pies y manos a las instituciones navarras. España es hoy un paraíso legal para las multinacionales, ya que les permite moverse a su antojo sangrando a las y los trabajadores. Disponer de instituciones políticas soberanas es fundamental para poder hacer políticas que garanticen las condiciones de vida de la mayoría social.
La soberanía política y económica son también necesarias para poder avanzar en la construcción de un nuevo modelo productivo que no sea dependiente de las multinacionales. Navarra necesita diversificar su tejido productivo, apostar por la economía social, el desarrollo local y el empleo público
La soberanía política y económica son también necesarias para poder avanzar en la construcción de un nuevo modelo productivo que no sea dependiente de las multinacionales. Navarra necesita diversificar su tejido productivo, apostar por la economía social, el desarrollo local y el empleo público. Además de abordar con el liderazgo de las instituciones públicas (ahora con mayorías por el cambio) procesos para acabar con la precariedad y fomentar el reparto del trabajo y la riqueza. Frente a la dictadura del capital y las multinacionales, movilización y alternativa desde la calle y las instituciones. (Mientras estás leyendo esta crónica sobre lo acontecido en TRW, otra empresa también situada en Landaben, “Legrand”, multinacional, está poniendo a 33 familias en peligro de deslocalización de sus puestos de trabajo. Dado que la plantilla que la misma marca tiene en su planta de Madrid cobra menos, quiere llevarse los puestos de trabajo de Iruñea a Madrid. Es hora de poner pié en pared).