Tortura, nunca más

Hace 10 años, por estas fechas, la sociedad vasca pudo ver las fotos de los cuerpos torturados de los vecinos de Lesaka Igor Portu y Mattin Sarasola, y se estremeció ante las evidentes marcas que la tortura había dejado en sus cuerpos.

Miguel Angel Llamas Montoia "Pitu"

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Las fotografías de Portu, totalmente magullado, gravemente herido por los golpes propinados por la Guardia Civil tras su arresto, y la fotografía de Mattin Sarasola semanas después… creímos que esas imágenes serían la puntilla contra la tortura, lo que acabaría con la impunidad de quienes la practicaban.

Qué inocentes fuimos… ni siquiera que Portu hubiera estado al borde de la muerte, en la UCI de Donostia, con 3 costillas rotas, hizo que sus torturadores fueran castigados, ya que el Supremo español les absolvió tras una primera condena de la Audiencia de Gipuzkoa. Hoy siguen de servicio, quién sabe, quizás aquí mismo, en Euskal Herria.

Desde aquellos hechos, ha llovido mucho, y muchas personas más han sido torturadas. Y también la lucha contra esta lacra ha avanzado. Europa ha condenado en numerosas ocasiones al Estado español por no investigar las denuncias de torturas. El informe realizado por profesionales vascos como Paco Etxeberria en la CAV ha puesto cifras a este horror. La sociedad vasca es cada vez más consciente de la repercusión que ha tenido la tortura, porque todo el mundo tiene a su alrededor a alguien que fue sometido a malos tratos, porque todo el mundo a escuchado algún testimonio que estremece y al que es imposible restar credibilidad.

El negacionismo de la tortura, si bien va siendo cada vez más pequeño en la sociedad, se agarra como una garrapata en la élite política del unionismo. PSE, PP y UPN en Nafarroa han tratado de restar credibilidad a este estudio. Y sobre todo, me parece despreciable que aquellos que tanto han exigido el respeto a todas las víctimas, sean ahora incapaces de reconocer que el conflicto las ha provocado por todos los lados, que ellos mismos han sido responsables políticos de vulneraciones de derechos fundamentales, que tienen sangre en sus manos, y que lo mínimo es guardar un respetuoso silencio ante un informe tan contundente. Les debería de hacer sonrojarse, porque han sido los responsables de muchos casos de tortura, pero siempre han negado la mayor, porque queda muy feo defender la tortura públicamente, aunque todos la defiendan con eufemismos como eficacia policial, gran investigación, éxito de las fuerzas de seguridad… ¿Cómo no van a ser ellos los principales responsables de este sufrimiento cuando aplaudían todas y cada una de las operaciones policiales y defendían a capa y espada a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado? Que nunca hayan tenido el valor de defender públicamente lo que tan necesario era para la estrategia del Estado contra el independentismo vasco no les exime de responsabilidad, y aunque no nos sorprendan reacciones tan virulentas contra este informe y la denuncia de la tortura, no deberíamos dejar pasar por alto que estos partidos tienen responsabilidades de gobierno o acuerdos con el PNV, o que en el caso de UPN, es el principal partido de la oposición al Cambio en Nafarroa.

Ahora es el gobierno navarro quien anuncia que realizará un estudio similar al de la CAV. Y es necesario que se haga, porque quienes hemos sido torturados tenemos la necesidad de dar nuestro testimonio, de ser reconocidos como personas que hemos sufrido una violación de nuestros derechos. Y sobre todo, queremos que se garantice que nadie, nunca más, y por ninguna razón, vuelva a ser torturado.

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