Telediario. El tiempo.
Pamplona, 17 de enero, 7:45 horas, el termómetro marca menos dos grados. Nos lo venÃan anunciando durante bastantes dÃas todos los partes meteorológicos de todos los telediarios de todas las cadenas: se acerca una ola de frÃo.
Andrés Solsona. Colectivo Malatextos.
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Tratan de transmitirnos una sensación de que
todo está, lo tienen, bajo control. La competencia entre las cadenas hace que ninguna pueda
quedarse atrás: si una anuncia frÃo, la otra, mucho frÃo; si la una dice que es una ola de frÃo
polar, la otra añade que se trata de una ola de frÃo polar, siberiana, la muy ladina. Luego nos
abrumarán con su competición de imágenes de nevadas, carámbanos y paisanos y paisanas
haciendo declaraciones al respecto.
Si una televisión empieza, la otra le hace la ola y a ella se suman todos los medios de
comunicación, reducidos a meros replicantes. No parece que dos grados bajo cero en un
amanecer de enero en Pamplona sea un frÃo desmesurado para convertirse en noticia de
apertura de informativos, pero…
Pero es que no es solo el frÃo, nos dicen, está además la sensación de frÃo, a dos grados bajo
cero le corresponde una sensación de ocho o diez, y a menos diez grados la sensación de
menos veinte o treinta, y eso es ya otra cosa. La sensación de frió que parecerÃa una cosa
subjetiva se convierte en objetiva y medible, haciéndonos a todas un poco más frioleras, pero
extendiendo su capacidad de predicción y control, del frÃo a las sensaciones.
Falla el control de fronteras, que tan bien hemos desarrollado para frenar las olas de
emigrantes o para incitar las de turistas. Ante la ola de frÃo las fronteras, hasta las
impermeabilizadas, parecen inoperantes, por más que la ola sea polar y siberiana, o sea,
extranjera. Habrá que preparar una sección de los cuerpos de seguridad especializada en olas
de frÃo.
Nos venden el control, unos determinados controles, como sinónimo de seguridad. El que todo
esté controlado nos relaja, aunque de paso nos vuelva más frioleros, más adictos y vulnerables
ante lo que nos venden como noticia, y un poco más estúpidos, hasta el punto de que pueden
vendernos como noticia de primera plana algo tan poco noticioso como el que en invierno
haga frÃo. ¡Qué no pasará con otras noticias de un poco más enjundia!