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La situación de Juan Mari ni es casualidad ni es diferente a la que viven muchos de los presos y presas políticas vascas. La cruel política de dispersión, el alargamiento de condenas, el alejamiento del entorno familiar, el aislamiento y las pésimas condiciones de vida que se dan en las cárceles españolas son un cóctel perfecto que genera enfermedades físicas y mentales.

Basta recordar el propio caso de Juan Mari: 19 años de encarcelamiento. Alejamiento a más de 900 kilómetros en la cárcel de Sevilla. Condiciones de vida extremas pasando 22 de las 24 horas del día en una celda.

Como vecinas de Errotxapea y compañeros de Juan Mari no estamos dispuestos a quedarnos de brazos cruzados. Es tiempo de acabar con este tipo de situaciones. Es tiempo de conseguir que presas, refugiados y deportadas vuelvan a casa, y puedan realizar junto a todas nosotras su aportación al proceso político que vive Euskal Herria.

Por todo ello, animamos a nuestros vecinos a denunciar la situación de Juan Mari y a participar en las diferentes convocatorias que se realicen. Entre ellas, las concentraciones que venimos realizando todos los miércoles a las 19:30 horas en la Plaza Xalbador.

Denon artean presoak kalera!