Reducción de la jornada laboral, ¿por qué no?
En Contigo Navarra – Zurekin Nafarroa tenemos claro que uno de los grandes retos que tenemos que afrontar como sociedad es el de trabajar menos, para poder trabajar todas y todos, y a su vez poder vivir una vida que merezca la pena ser vivida.
Carlos Guzmán Pérez y Miguel Garrido Sola, parlamentarios de Contigo Navarra-Zurekin Nafarroa
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El pasado martes 10 de octubre, en la Comisión de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo del Parlamento de Navarra, una representación del Sindicato Comisiones Obreras de Navarra expuso las conclusiones de su informe ‘Análisis y estudio de la promoción de estímulos económicos para las empresas que establezcan medidas de reducción del tiempo de trabajo, limitaciones de jornada, reducción de horas extras, etc.’.
En el citado informe, se detallaba que en Navarra existen 23.050 personas ocupadas (el 7,9%), dispuestas a reducir su jornada laboral asumiendo una pérdida salarial asociada a la reducción y asegurando el mantenimiento del mismo nivel de productividad. También, el informe de CCOO detallaba que el 62% de los trabajadores y trabajadoras de este país, si tuviesen la oportunidad, optarían por acogerse a una semana laboral de 4 días, sin asumir una pérdida salarial, pero manteniendo el mismo nivel de productividad. En opinión de nuestra coalición, estos datos deben llevarnos a realizar una profunda reflexión.
A lo largo de la historia, conforme la técnica y los procesos de industrialización avanzaban y de manera correlativa mejoraba la productividad económica y laboral, la duración de la jornada laboral iba disminuyendo de manera inversamente proporcional. Hemos de señalar también el empuje del movimiento obrero organizado en los sindicatos de clase como uno de los factores determinantes para alcanzar esas conquistas laborales. Sin embargo, a pesar de los meteóricos avances científico – tecnológicos acontecidos en la sociedad moderna en las últimas décadas, en nuestro país, el proceso paulatino de reducción de la jornada laboral lleva estancado desde hace 40 años. A todo ello debemos añadir la incorporación generalizada de las mujeres al trabajo remunerado. La verdadera pregunta es la siguiente, si trabajamos muchas más personas, con una mayor productividad derivada de los avances tecnológicos y sus aplicaciones económicas ¿Cómo es posible que trabajemos las mismas horas y a la vez sea incluso más difícil que antes adquirir una vivienda digna? O dicho de otra manera ¿Quién o quiénes se han apropiado del incremento de la producción derivado de estas dos realidades?
A ello, se suma que, haciendo un ejercicio comparado con nuestro entorno, en España, de media, una persona trabajadora dedica 150 horas más al año que en Francia o 300 horas más que en Alemania. O, lo que es los mismo, en jornadas laborales de 8 horas, casi 19 días más de trabajo al año con respecto a Francia o 37 días más de trabajo con respecto a Alemania. Dicha realidad cobra aún una mayor relevancia si tenemos en cuenta que, tras la pandemia de la Covid-19 que nos sacudió como sociedad, las prioridades sociales recuperaron el tiempo fuera del trabajo remunerado como una necesidad de primer orden.
Además, el movimiento feminista ha traído al centro del debate el sistema de cuidados, imprescindibles para el sostenimiento de la vida e históricamente en manos de mujeres; trabajos invisibilizados realizados de forma gratuita o de manera muy precaria. Para ir avanzando en responsabilizarnos colectivamente de los cuidados la publificación y profesionalización es un factor fundamental, sin eludir la necesidad de corresponsabilizarnos, que solo será posible con un nuevo reparto del tiempo dedicado al trabajo remunerado. En la sociedad moderna, el tiempo libre es un bien escaso cada vez más valorado, y las extenuantes jornadas laborales alargadas con interminables horas extras han pasado a ser consideradas por la mayoría social como algo incompatible con un modelo de vida saludable que permita conciliar vida laboral y vida familiar, o que simplemente permita vivir felizmente.
El conjunto de los sindicatos de nuestro país reconoce que durante los últimos años han apreciado un cambio de tendencia que se aprecia en los procesos de negociación colectiva de convenios. Frente a la primacía aspiracional tradicional de la mejora de las condiciones salariales, hoy en día, a la hora de afrontar la negociación de un convenio, los y las trabajadoras fijan cada vez con más frecuencia su prioridad en la reducción del tiempo de trabajo.
El recién firmado acuerdo programático para la conformación de un gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar recoge la apuesta decidida por reducir la jornada laboral a 37 horas y media semanales sin reducción salarial. El Gobierno de la Generalitat Valenciana, alumno aventajado en esta materia, ya ha puesto en práctica programas y experiencias piloto de reducción la semana laboral a 4 días de exitoso resultado. Y en Navarra, ¿nos queremos quedar atrás en esta cuestión?
El Parlamento de Navarra, como sede del poder legislativo de nuestra comunidad, no debe ser ajeno a estos debates socio-laborales y desde nuestro Grupo Parlamentario creemos que la constitución de una Ponencia Parlamentaria puede ser la oportunidad perfecta para que la sociedad navarra reflexione de manera colectiva y sosegada sobre esta importante y transcendente cuestión. Sin pretender suplantar los espacios y los foros propios del dialogo social y de la negociación colectiva, esta Ponencia puede dar pie a un estudio profundo de propuestas, que alejado de la tensión propia de la negociación entre patronal y sindicatos, puedan dibujar la hoja de ruta de Navarra en esta materia para las próximas décadas.
En definitiva, en Contigo Navarra – Zurekin Nafarroa tenemos claro que uno de los grandes retos que tenemos que afrontar como sociedad es el de trabajar menos, para poder trabajar todas y todos, y a su vez poder vivir una vida que merezca la pena ser vivida.