Recuperar el espacio público para las personas
Nadie puede poner cabalmente en duda que peatonalizar calles, restar espacio al vehículo privado, hacer corredores de bicis adecuadamente marcados, bien interconectados y más seguros, y promover el uso del transporte público es algo positivo para una ciudad.
Eva Aranguren, Cesar Lizaso y Esther Korres. Miembros de Eusko Alkartasuna de Nafarroa.
2018-ko otsailak 9
Permite recuperar espacio público para las
personas, devolver protagonismo al peatón, crear itinerarios más seguros y
saludables y mejorar nuestro medio ambiente.
El Plan de Amabilización es un paso hacia esos objetivos, pero no constituye
todavía el proyecto de ciudad final en materia de movilidad. Nos falta mucho
aún, si nos comparamos con otras ciudades europeas. No obstante, es un paso
necesario para terminar con la omnipresencia del coche en el centro, y lo que
conlleva de riesgos de atropello, contaminación ambiental y ruido.
Hace pocos días conocíamos en la prensa digital el ejemplo de Pontevedra. En
diez años redujo el uso del coche un 70% y el mismo porcentaje de emisiones
de CO2. El número de víctimas mortales por atropello bajó un 90%. Cierto es
que, paralelamente, sus gobernantes apostaron por no abrir las puertas a
gigantes comerciales en el extrarradio y por proteger su comercio local. Esto
aquí no es del todo posible: la Ley de Grandes Superficies que impulsó UPN en
los 90 ha acarreado la implantación de ocho grandes superficies en Iruñerria. Y
ello dibuja un panorama comercial hostil para el pequeño comercio.
Es obvio que cuando se intenta minimizar una opción (en este caso, el uso del
coche) hay que fortalecer otras alternativas que permitan sustituirla de manera
progresiva y satisfactoria. Y en eso estamos. En ello se afanan todas las áreas
municipales implicadas, junto a la MCP y técnicos, profesionales y personas
afectadas que están colaborando y haciendo aportaciones a este proyecto.
Porque, si uno ama su ciudad apoya toda decisión pública que le beneficie; de
manera exigente y crítica, si se quiere, por supuesto, pero sin eludir su
responsabilidad de contribuir a mejorar el proyecto final. Queremos insistir en la
importancia de participar en este periodo de tránsito previsto dentro del proceso
de Amabilización, que ha sido flexible desde sus inicios, para atender a todos
los colectivos que, legítimamente, hagan propuestas para mejorar el plan.
Apostamos por una escucha proactiva y receptiva para conjugar de la mejor
manera posible los intereses de todos y todas. Así se hizo en Gasteiz, donde
todas las fuerzas políticas se implicaron en el cambio del modelo de movilidad
de la ciudad.
En Iruñea, en cambio, los factótum de la derecha (UPN, la CEN y el Corte
Inglés) se están dedicando a hacer la guerra a la amabilización, aprovechando
las resistencias -siempre las hay ante todo cambio- de algunos comercios, y
particularmente y de manera muy poco honesta, su delicada situación. No deja
de sorprender que comercios pequeños se sumen a una campaña liderada por
un gigante económico como el Corte Inglés, que lejos de ser víctima del yugo
del modelo comercial que los tiene sojuzgados, es su causante y una de las
marcas que ha impuesto sus condiciones con desvergonzado descaro a toda la
ciudad. Al Corte Inglés UPN casi le regaló el mejor solar público que entonces
había en Pamplona, obligándonos a las y los iruindarras a renunciar a disponer
de una Biblioteca General en el centro de la ciudad: la que podría haber sido
nuestro Koldo Mitxelena. Se le peatonalizaron con dinero público dos calles y
se le dejó construir dos alturas más de las permitidas por la ley. ¿Qué tiene en
común el comercio pequeño con este gigante comercial que ha sido todo un
privilegiado del Régimen?
Pero es que, además, la endeble situación del pequeño comercio no se debe a
la Amabilización que acaba de ponerse en marcha, sino a una larga cadena de
decisiones políticas y legislativas que han beneficiado claramente a los más
grandes. Consecuencia de aquella ley auspiciada por UPN en los noventa, hoy
Iruñea es una de las ciudades con más metros cuadrados de grandes
superficies por cada mil habitantes de Europa (458,3), tan solo superada por
Luxemburgo, según datos de naiz.info. Más recientemente, la ley de apertura
en domingos y festivos impulsada por el Gobierno del Partido Popular, socio de
UPN en Madrid, culminó la hazaña normativa que está ahogando literalmente
al comercio minorista. ¿Cómo puede tener la vergüenza UPN de presentarse
ahora públicamente como defensor del pequeño comercio pamplonés?
Añadamos a este marco económico y normativo adverso el rápido crecimiento
del comercio virtual. Hoy ya un tercio de todas las compras que se realizan en
Navarra se hacen por internet. Solo en un año las transacciones comerciales
en la red han subido más de un 40%. Amazon es ya competencia directa de
nuestro comercio. Asimismo, la crisis ha reforzado la variable del precio que
suelen ofrecer muchas de las franquicias más extendidas. Y de hecho no fue la
peatonalización fueron estas las que echaron a los negocios de toda la vida de
Carlos III al disparar el precio de alquiler de los locales.
Así, creemos que es erróneo vincular los problemas del pequeño comercio y el
Plan de Amabilización. Son múltiples los factores que le afectan, y este último,
de ser uno, sería el menor y más fácilmente resoluble, con la implicación de
todas y todos. Otros datos avalan claramente el plan, como por ejemplo el
incremento en más de un millón de las personas usuarias del TUC en ese
mismo periodo y el aumento de peatones en el Casco Viejo. Pero, sobre todo,
la positiva valoración de las vecinas y los vecinos, viandantes y ciclistas, y la
reducción objetiva de riesgos por atropello, la tranquilidad y seguridad que se
ha ganado, la mejora de la comunicación peatonal en el centro y el descenso
de la contaminación y del ruido. Es hora de que Iruñea se homologue a otras
ciudades europeas en materia de movilidad. Todas las ciudades de nuestro
entorno, y muchas del estado, ya han dado el paso: Gasteiz, Donostia, Bilbo,
pero también Pontevedra, Sevilla… ¿Por qué no Pamplona?
Enarbolar en pleno siglo XXI la hegemonía del coche (por cierto, no
desaparece, los parkings siguen en el mismo sitio de siempre), cuando el
ejemplo de otras capitales demuestra que el peatón revitaliza el comercio,
cuando disponemos de una ciudad perfectamente abarcable y de una red de
TUC amplia y estructurada, es ir contra el sentido común y contra un progreso
respetuoso y saludable para las personas. Iruñea merece mirar al futuro.