PARO a la exclusión. Prekarietatea gelditu!
Últimamente parece que desde sectores de la élite económica y política quieren hacernos creer que eso de la crisis no es más que un recuerdo lejano pero nosotras sabemos bien que la crisis y sobre todo sus consecuencias las estamos pagando ahora.
Iratxe Alvarez, ESK; Isabel Campo, Solidari; Amaia Zubieta, Steilas; Sergio Lopez, CNT y Maura Rodrigo, CGT/LKN.
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Mientras una minoría disfruta ahora de los beneficios obtenidos con ese saqueo al que
llamaron crisis, la mayoría de la ciudadanía, tenemos que hacer frente a la situación de
absoluta precariedad y desigualdad a la que nos han condenado.
Dicen que el empleo se ha recuperado y que las tasas de paro van descendiendo pero
poco se habla de las condiciones laborales a las que nos someten. La desregularización
y la precarización del mercado laboral nos han dejado unos sueldos miserables, un
escandaloso aumento de la parcialidad que se agudiza en el caso de las mujeres, un claro
retroceso en nuestros derechos. Más del 95% de los contratos que se realizan son
precarios.
Hablamos de las trabajadoras y trabajadores que tienen empleo pero es obligado tener
presente a todas las trabajadoras y a todos los trabajadores, a quienes tienen empleo y a
los que no. El 13% de la sociedad navarra se encuentra en situación de pobreza o de
exclusión social. Hablábamos de repartir y ellos han decidido repartir la miseria pero
nosotras queremos exigirles que repartan la riqueza de una vez, estamos hartas de esta
situación, la riqueza no puede seguir estando solo en manos de unas pocas personas.
Su estafa nos ha dejado sin apenas derechos a las personas que aún somos reconocidas
como trabajadoras y es que no podemos olvidar que sigue habiendo trabajos y sectores
absolutamente invisibilizados que ni siquiera son reconocidos como tales. Sectores
como el de las trabajadoras de hogar que siguen estando fuera del régimen general, y
eso en el mejor de los casos, ya que a pesar de la legislación vigente la inmensa mayoría
siguen trabajando sin que su situación sea regularizada. Podemos hablar también de los
empleos-basura destinados a la juventud, el trabajo temporero en el campo. Por
supuesto, de los trabajos no remunerados, no considerados ni siquiera trabajo, como son
los cuidados. Estos trabajos, tan necesarios para sostener una sociedad equilibrada, no
son valorados como se debiera. Por ello, quienes defendemos la igualdad, el reparto del
trabajo y de la riqueza, debemos ser partícipes de todas las reivindicaciones de este
sector de sectores, que siempre se lleva la peor parte en todos los aspectos.
En educación no son capaces de acabar con los privilegios económicos hacia las
privadas, y que la educación pública sigue sin contar con los recursos necesarios. A
pesar de las buenas palabras, seguimos teniendo que recurrir a los tribunales para que
los derechos del personal interino sean reconocidos y por si fuera poco, se les somete a
un apartheid lingüístico en las contrataciones.
Hace apenas tres años no podíamos evitar ilusionarnos con la posibilidad de un cambio,
un cambio político que al fin se produjo pero no es suficiente. Queremos más, más
cambio, necesitamos un verdadero cambio social y no solo un cambio político.
La precariedad no solo es laboral también es social, contamos con un sistema de
bienestar cada vez más adelgazado por los recortes y las privatizaciones, con unas
prestaciones sociales cada vez más menguadas, unas pensiones cada vez más bajas y
unos servicios públicos cada vez más privatizados.
Lamentablemente, la injusticia no tiene fronteras y mientras acuerdos comerciales
ultraneoliberales tan nefastos como el CETA, entre la UE y Canadá, amenazan con
materializarse, se siguen levantando muros visibles e invisibles para quienes migran
huyendo de la guerra o de la miseria.
Es hora de que les plantemos cara, de que todas y todos juntos seamos capaces de parar
este sinsentido.
Por todo ello, el 1 de mayo nos manifestaremos por las calles de Iruña. La cita, a las 12h
desde la Plaza de los Ajos, te esperamos.