Pactar flexibilidad en el convenio destruye empleo y personas
El día 30 de septiembre acabaron su contrato los trabajadores eventuales en ZF-TRW, y la empresa ya vuelve a utilizar la flexibilidad obligatoria pactada en el convenio, firmada por CCOO- UGT, a través de la cual la empresa está aumentando los días de apertura de la factoría.
Eneko Paez, Delegado en el Comité de Empresa de ZF-TRW, por CGT
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Ante ello, la
sección sindical de CGT continuamos llamando a secundar los paros convocados para los fines de
semana y festivos que la empresa está obligando a trabajar, ya que seguimos considerando una farsa
los 101 despidos efectuados en marzo y abril, y los 22 que están previstos para diciembre.
Desde que se produjeron los despidos, entre semana no se cubren todos los puestos de
trabajo, y esto hace que se produzca menos, haya menos mantenimiento y desorganización en todas
las áreas, lo que provoca que la empresa necesite producir los fines de semana para realizar el
trabajo de los despedidos. En este contexto, desde CGT denunciamos que actualmente la bolsa de
horas pendientes de difrute, provenientes de la citada flexibilidad, asciende a 35.000 horas. 35 000
horas extras a nuestro entender.
A pesar del mínimo apoyo de los trabajadores a esta acción (la huelga) vemos que es la
única que puede plantar cara a los planes de la dirección, ya que si no bajara nadie a trabajar
tendrían que contratar de nuevo eventuales si es cierta la urgencia de producir por encima de la
semana normal de 5 días y esto sería una cuestión más para demostrar y reforzar lo que ya dijo en
junio el Tribunal Superior de Justicia de Navarra: los despidos no están justificados y no se ajustan
a derecho. Lamentablemente, siempre habrá trabajadores egoístas que bajan a colaborar
voluntariamente con una empresa que ya ha despedido a 101 trabajadores y en diciembre despedirá
a otros 22 compañeros que ahora mismo tienen a su lado trabajando.
Por otra parte, para CGT la actitud del gerente, Paul H. P., deja mucho que desear. A pesar
de todas las deficiencias en los puestos de la fábrica que le hemos comunicado, prefiere presionar a
los trabajadores para que salgan más piezas en vez de arreglar los puestos y preocuparse de que no
se produzcan tantos accidentes como están ocurriendo desde que él está al mando de la fábrica.
Sabemos que algún trabajador despedido ha conseguido demostrar que su lesión y en consecuencia
las bajas por las que fue despedido fueron a causa del puesto de trabajo. Nadie se puede creer que
sólo un 0,5% de las bajas tenga su origen laboral.
Viendo todo lo ocurrido desde que se produjeron los despidos, nuestra opinión es que todo
responde a un plan para reducir esta planta, de momento a su mínima expresión, a base de trabajar
el doble y en peores condiciones sin importar las consecuencias que esto conlleva para la plantilla.
Por ello, si no hay una respuesta contundente de la plantilla, difícilmente podremos cambiar los
planes de la empresa y difícilmente podremos hacer que vuelvan los trabajadores despedidos, ni
tampoco poder seguir manteniendo una fábrica con proyección de futuro.