Lucha decisiva por el empleo digno

En Navarra, la cuesta de enero ha derivado en auténtica pared del Himalaya con el anuncio de 250 despidos en la planta de TRW en Landaben y otros 100 en GE Buñuel (ALSTOM). Un nuevo mazazo que incide en una realidad social ya de por sí desoladora: paro consolidado en torno a las 45.000 personas (más de 15000 de larga duración); más de 100.000 personas en situación de pobreza (48000 en pobreza severa).

Juan Kruz Aldasoro y Saúl Arangibel, en nombre del Consejo de Sortu en Nafarroa

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Son datos que demuestran el verdadero rostro de un modelo económico
que necesita que la mayoría de la sociedad las pase canutas para que
una minoría privilegiada siga amasando beneficios. TRW es el
ejemplo: transnacional beneficiada de generosas ayudas públicas, con
sueldos de escándalo para altos ejecutivos, reparto millonario de
beneficios entre sus accionistas, a costa de inversiones necesarias
para mantener la producción y el empleo. En cuanto la tasa de
beneficio baja se procede a despidos masivos y a la precarización
salvaje de las condiciones de trabajo de la plantilla. El ejemplo
aberrante de un modelo que en Navarra se empezó a implementar hace
ya 50 años y que ha contado con el apoyo de todas las fuerzas
políticas, institucionales, empresariales (y sindicales) del
Régimen. Es hora de ir al fondo del problema y señalar con
determinación por dónde pueden venir las soluciones. O Navarra
apuesta por un nuevo modelo económico o los datos de paro,
precariedad y pobreza seguirán aumentando. O se abordan desde ya
políticas de reparto de trabajo y riqueza con valentía, o asumamos
que a la mayoría nos va a tocar malvivir por debajo del umbral de la
pobreza.

O Navarra apuesta por un nuevo modelo económico o los datos de paro, precariedad y pobreza seguirán aumentando. O se abordan desde ya políticas de reparto de trabajo y riqueza con valentía, o asumamos que a la mayoría nos va a tocar malvivir por debajo del umbral de la pobreza

Navarra
no puede garantizar una vida digna a su gente cuando el 40% de lo que
produce y el 19% del empleo está en manos de empresas con capital
foráneo. Son datos que se han agravado en el periodo de crisis. En
los últimos cinco años, ha aumentado el peso del capital
transnacional en la economía y en el empleo de Navarra, mientras
16.000 empleos se han perdido sólo en el sector industrial (el de
más calidad). En este tiempo, los partidos del Régimen -UPN, PP,
PSN- han dirigido las políticas públicas “a generar un clima
favorable a la inversión y a la actividad empresarial que genere
contratación”. Que quiere decir: regalos fiscales y millones de
euros públicos en obras faraónicas y subvenciones para las grandes
empresas (la mayoría transnacionales), unido a ataque frontal a los
derechos de la mayoría trabajadora (trabajar más, en peores
condiciones y por menos salario). El resultado salta a la vista:
cuentas públicas esquilmadas por la deuda, un modelo económico en
declive y una realidad social dramática. Especialmente dramática
para la juventud, l@s
migrantes y las mujeres, que soportan niveles de precarización
insostenibles en una sociedad que pretenda ser democrática.

Sin
embargo, hay alternativa, claro que la hay. En dos vertientes: 1/
Nuevo modelo económico que sea cada vez menos dependiente de
capitales externos, cada vez mas soberano. Para ello, es necesaria inversión y
liderazgo público en potenciar tejido productivo endógeno: i+d+i,
apuesta por la industria de más alto valor añadido (diversificando,
para mitigar la dependencia de la automoción), por la economía
verde y social -bioconstrucción..-por la soberanía energética y
alimentaria; por el empleo público, especialmente en sectores como
la sanidad, educación y cuidados; colaboración con agentes de
territorios hermanos que tienen potencialidades e intereses
perfectamente complementarios con los de Navarra. 2/ Apuesta urgente
por el reparto del trabajo y de la riqueza para garantizar las
condiciones de vida mínimas para toda la ciudadanía (fiscalidad
redistributiva, asunción de competencias en materia laboral y de
pensiones; impulso a las políticas sociales y de igualdad).

Alternativa hay, pero no vendrá del cielo. Sólo la solidaridad y la lucha de la mayoría social trabajadora puede hacer posible un cambio de verdad. Mayoría social que impulse a mayorías institucionales a profundizar en el cambio

Alternativa
hay, pero no vendrá del cielo. Sólo la solidaridad y la lucha de la
mayoría social trabajadora puede hacer posible un cambio de verdad.
Mayoría social que impulse a mayorías institucionales a profundizar
en el cambio. Nos equivocaremos si delegamos la responsabilidad de la
lucha cada vez en cada uno de los sectores más directamente
golpeados (hoy l@s
trabajador@s
de TRW y Alstom, ayer las múltiples víctimas de la anulación por
el Constitucional de hasta 16 leyes forales de contenido social -de vivienda,
atención sanitaria universal, frente al copago de fármacos;
mañana…). En cada una de estas batallas parciales ganamos o
perdemos todas. No podemos estar esperando a que la ruleta rusa de la
crisis dispare a nuestra cabeza para movilizarnos resistiendo a los
ataques y promoviendo alternativas concretas.

En Navarra tenemos una
larga tradición de lucha y solidaridad popular que nos tiene que
servir para rearmarnos ideológica y políticamente. Los derechos que
en los últimos años nos están despojando se conquistaron por la
lucha de nuestros padres y abuelos en los años 60-70 (Potasas, Motor
Ibérica…). Entonces, cuando se levantaban los trabajadores de una
empresa la lucha se extendía a todos los sectores. Eso generaba una
presión política y económica que obligaba a la patronal y a las
instituciones a atender a las reivindicaciones populares.

Evidentemente, los nuevos tiempos requieren adecuar las formas de
movilización y lucha. Pero sin lucha no habrá cambios, tenemos que
arrimar todas y todos el hombro en cada batalla. Pensando y
construyendo un nuevo modelo de largo recorrido y actuando día a día
con coraje y ambición. Durante las próximas semanas toca estar
junto a trabajador@s
de TRW y Alstom.
Al igual que debemos alzar la voz y denunciar la gran destrucción de
empleo silencioso, permanente, que se da en centros de trabajo donde
no se tiene capacidad de respuesta, que castiga severamente a
mujeres, jóvenes y migrantes, y que se está dando sobre todo en el
sector servicios.

LUCHEMOS, NOS JUGAMOS EL FUTURO DE TOD@S.

Juan Kruz Aldasoro y Saúl Arangibel, en nombre del Consejo de Sortu en Nafarroa

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