Jornada continua, mejora laboral empeoramiento educativo

Nuestro modelo educativo exige muchas mejoras en materias como los ratios, las instalaciones, los modelos de enseñanza.... Hacía esas mejoras debemos caminar toda la comunidad educativa de manera conjunta, la jornada continua es un retroceso educativo claro que debemos revertir.

Ibon Marcilla López de Dicastillo, Aitor Balbás Ruiz, Raquel Mendioroz Galar, Juan Antonio Iriarte, Israel González Mangado y Txuma Mangado Ederra en representación de la iniciativa eskola por la jornada partida y en defensa de la escuela pública

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Entre el más que legítimo derecho a reivindicar unas mejoras de las condiciones
laborales, y que estas perjudiquen a los más pequeños existe una línea roja
inquebrantable. Una línea que los sindicatos representantes del profesorado pretenden
sobrepasar.
En el comunicado conjunto emitido la semana pasada fija la mirada en el borrador de
ley foral de educación, esa que debe regular la jornada escolar y sus posibles
cambios. Se fijan sobremanera en las mayorías de voto necesarias para hacer efectivo
el cambio y, lejos de entender la mayoría cualificada como una garantía de apoyos, la
ven como un obstáculo a su objetivo: que la jornada escolar sea solo de mañanas. Un
primer paso para conseguir no tener que acudir a los centros escolares a las tardes.
Llegando incluso a la mentira hablando de que en ningún otro proceso democrático se
exigen esas mayorías. Existen mayorías cualificadas para los cambios
constitucionales, elección del defensor del pueblo (3⁄5), para la elección de cargos en la
judicatura, en las comunidades de vecinos, en referéndums donde se marca un
mínimo de participación y de apoyo.
Una reivindicación laboral que sería legítima si no fuera porque la jornada continua es
perjudicial para nuestros hijas e hijos y para el conjunto de la sociedad, ya que un
cambio hacia una mayor discriminación y una peor educación nos afecta a todos.
Informes de colegios de pediatría sobre horarios de comidas y rendimiento académico
así lo indican, informes sobre inclusión social y el papel del colegio como colchón
social para miles de familias en situación de vulnerabilidad, incluso la propia OCDE
indica que la jornada únicamente por las mañanas favorece la exclusión social de los
más desfavorecidos ahondando en la exclusión social, el abandono escolar y
aumentando las horas ante las distintas pantallas.
Por si fuera poco, la jornada continua perpetua el rol de la mujer como cuidadora del
hogar (el informe ESADE habla de que son el 66,4% las mujeres que se ven obligadas
a reducir su jornada laboral) con el consiguiente paso atrás en materia de igualdad.
Resumiendo, SÍ existen informes que establecen la jornada partida como la mejor en
materia de alimentación, inclusión social, asimilación de conceptos, incluso en materia
de igualdad. Lo que no existe es ningún informe que establezca que la jornada
continua es mejor, simplemente porque no es cierto. Segunda mentira.
La evidencia científica en relación con qué tipo de jornada es mejor para el
rendimiento académico apunta a un mayor beneficio de la partida o de la jornada a
tiempo completo, al adaptarse mejor a las necesidades de descanso, concentración,
krononutrición y socialización de los alumnos. Experiencias europeas recientes, como
la iniciativa alemana, no dejan lugar a duda: los resultados PISA están aumentando a
la par que los colegios van pasando de continua a jornada ‘a tiempo completo’, que se
asemeja a la partida. Así lo recoge el interesante informe sobre jornada escolar que el
consejo escolar de Navarra elaboró tras las jornadas que organizó hace unos meses
‘la jornada escolar, reflexiones y datos’. Invitamos a los lectores en general, y a los
sindicatos en particular, que disfruten de su lectura (buscad ‘monografía jornada
escolar reflexiones y datos’ en google).
La jornada escolar continua tenía un carácter experimental en Navarra, y como tal
tenía un carácter temporal en aquellos centros que la implantaron. La lógica indica
que, tras ese periodo experimental, aún a falta de informes de educación sobre “el
experimento”, ese cambio debe ser ratificado de nuevo por los centros y las familias.
En conclusión, tras la supuesta bandera de la mejora educativa para nuestros hijos e
hijas se esconde una reivindicación laboral, sustentada por documentos llenos de
medias verdades y apoyados por la autoridad educativa que el profesorado ejerce.
Nuestro modelo educativo exige muchas mejoras en materias como los ratios, las
instalaciones, los modelos de enseñanza…. Hacía esas mejoras debemos caminar
toda la comunidad educativa de manera conjunta, la jornada continua es un retroceso
educativo claro que debemos revertir.

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