IKEA: Un capitalismo a desmontar

¿Desea usted una empresa muy rentable que venda productos para todos los bolsillos y todos los países, puntera en su sector, y con una imagen impecable? Siga este manual de instrucciones y podrá conseguirlo en tan sólo 8 cómodos pasos.

Laura Berro y Manuel Millera. Aranzadi.

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Si en
el proceso del montaje se cansa, tómese un respiro y deguste nuestras extraordinarias
albóndigas suecas, mucho mejor que las navarras. Tan sólo les falta ser azules y
amarillas y lucir una tupida melena rubia. 

1 / Abra la caja de oportunidad en tiempos del fascismo alemán. Año 1943,
Ingvar Kamprad la funda. Un calvinista cicatero, íntimo amigo de dos de los líderes del
movimiento sueco pronazi. La empresa está manejada por INGKA Holding B.V., que
es controlada a su vez por una fundación benéfica​ sin ánimo de lucro y con una baja
carga fiscal. Su propiedad intelectual depende de una serie de corporaciones que
llegan hasta las Antillas Neerlandesas​ y la Interogo Foundation del Principado de
Liechtenstein. Hoy todas las sociedades que controlan IKEA tienen su base en
paraísos fiscales. 

2 / Despliegue el folleto de sus encantos para convencer a los dirigentes
locales de la “inmejorable oportunidad” de instalar un IKEA en su zona, consiga que le
subvencionen con dinero público y le vendan el suelo a precio de ganga. Ayerdi,
vicepresidente del G. de N. considera razonable venderle 32.000 m2 de suelo público
a 90 euros el m2. Y regalarle 7millones para urbanización, construcción de un vial y la
conexión a esta tienda. En Sevilla, Ecologistas en Acción se opuso a que el
Ayuntamiento recalificase el sector de San Nicolás y fomentara la burbuja especulativa
para beneficiar a ésta multinacional. Se eludió la normativa existente y se valieron de
la creación de empleo como excusa para que el proyecto saliera adelante, aun yendo
contra el Plan de Urbanismo, ¿Les suena? 

3 / Monte la creencia de la NO necesidad del comercio local y no tenga
escrúpulos en destruirlo. La apertura de IKEA ha supuesto el cierre total de muchos
comercios de las ciudades donde ha llegado. Mejor haría G. de N. en destinar los 7
millones para IKEA en mantener e impulsar el comercio de cercanía. 

4 / Saque las mejores piezas de madera de los bosques vírgenes de Karelia
(Rusia) pero niéguelo firmemente en público. IKEA ha estado extrayendo árboles
protegidos de entre 200 y 600 años de antigüedad. Esto ha sido denunciado por la
Coalición Mundial por los Bosques, alianza de ONGs de más de 40 países. Además,
tala para sus muebles baratos unas 600 hectáreas al año, unos mil campos de fútbol.
Total, 640.000 m3 de madera de origen incierto en Rusia o China. 

5 / Saque el serrucho de la explotación laboral y pisotee los derechos

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laborales. IKEA en países como India, Bangladesh y Vietnam, paga respectivamente
37, 11 y 42 euros al mes, el mínimo legal permitido. Ahí trabajan mujeres o niñxs entre
80 y 90 horas a la semana, sin haber oído hablar nunca de derechos sindicales.
Mientras lxs trabajadorxs de las 1.300 subcontratistas de IKEA tienen prohibido el
derecho de sindicación y las auditorías éticas sobre estas subcontratas las realiza otra
sucursal de la empresa. En Bélgica, se fomenta el trabajo precario. A lxs jóvenxs que
rompieron una huelga se les ofreció un bono de compra. En Francia, una circular
interna aconsejaba no contratar a personas de color porque “tienen menos
posibilidades”. Se pidió a IKEA que desmintiera estas acusaciones, pero los
responsables, perdonen la broma, “se hicieron los suecos”. 

6 / Atornille las tuercas de derechos laborales también aquí. LAB de Barakaldo
denuncia desde hace más de 10 años tasas de eventualidad por encima del 30; un 44
% de la plantilla trabajando menos de 20 horas semanales; salarios por debajo de los
600 euros y que la empresa había sido sancionada por impedir el acceso a asesores
sindicales. IKEA proyecta en todo el mundo, 7.500 despidos en 2 años. 

7 / Destruya el medio ambiente cercano sin pestañear. En los años 80 saltaron
los escándalos del formaldehído y otras sustancias tóxicas en sus productos. Su
modelo de grandes superficies en el extrarradio obliga a desplazamientos en coche:
de las 2,8 toneladas de CO2 que libera anualmente IKEA, el 56 % es imputable a las y
los compradores. Nasuvinsa ya calcula 4 millones desplazamientos anuales en coche
en Navarra ahora. 

8 / Elabore una estructura fiscal indetectable por la administración. Los Verdes
de la Eurocámara denunciaron, en 2016, que IKEA había dejado de abonar mil
millones de euros durante 6 años. En 2015, las plataformas Attac y PACD (Plataforma
Auditoría Ciudadana de la Deuda) solicitaron información sobre la contribución fiscal
de su sucursal de Barakaldo, sin respuesta. Resultan poco creíbles las afirmaciones
del consejero de Hacienda, Aranburu, en las que asegura que IKEA tributará en
Navarra. No se llega a ser la octava fortuna del mundo vendiendo mesillas de noche. 

A pesar de haber seguido los pasos indicados, el entramado que usted ha
construido podría no sostenerse. La red de ONGs ‘Public Eye on Davos’, en un
escrutinio sobre el Foro Económico Mundial, designó en 2007 a las firmas IKEA,
Bridgestone y Trafigura candidatas al premio a la empresa más irresponsable. “IKEA
usa todos los medios legales para minimizar sus impuestos”. Aquí podrían llegar, dejar
en paro a cientos de personas, extraer toda la riqueza local, y marcharse con una
fortuna multiplicada. ¿Cuántos de estos recursos revierten en la comunidad? IKEA es
un modelo capitalista a desmontar. Un exterior muy atractivo; un interior oscuro, muy
bien envuelto en papel fantasía.

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