Golpe de timón
Se acercan las elecciones con un panorama político lleno de incertidumbre y riesgos. La unión de la derecha amenaza con “reconquistar” Navarra y reforzarse en todo el Estado, cuando la crisis no se ha superado y los problemas sociales siguen a niveles inaceptables.
Laura Lucía Pérez Ruano. Parlamentaria foral de ORAIN BAI
2019-ko martxoak 17
El Gobierno del PSOE, lejos de cumplir sus compromisos de derogar las leyes de Estabilidad Presupuestaria, la Ley Mordaza, las reformas laborales o la LOMCE, se ha limitado a una política de gestos; mientras se alinea con el centralismo ante la crisis catalana, reafirmándose como pilar esencial del régimen del 78.
En Navarra, pese a las expectativas que generó el gobierno del cambio, lo cierto es que la hegemonía del centro derecha nacionalista vasco, con importantes, pero insuficientes, avances en derechos sociales, materia lingüística, de memoria histórica o en el reconocimiento de la diversidad, ha perdido la oportunidad histórica de ir más de allá del “cambio tranquilo”.
No ha habido voluntad política de acometer las medidas estructurales necesarias que cambien las condiciones materiales de la vida de la gente y se ha limitado a aliviar las situaciones más desesperadas, revirtiendo en parte los recortes de UPN, pero manteniendo una continuidad esencial de sus políticas económicas. Se ha renunciado a sentar las bases para una trasformación real, lo que implicaba fortalecer el sector público hacia otro modelo de desarrollo económico y social, capaz de erradicar los mecanismos generadores de la brutal desigualdad que padecemos.
Y en este contexto preelectoral, las dos únicas opciones ¿deben ser entre políticas neoliberales con “rostro amable” o la vuelta de la derecha? ¿Entre cambiazo y recambio?
Creemos que no. Que urge recomponer la unidad del espacio político que represente a la Navarra insumisa, que sin negarse a acuerdos concretos con los partidos que se declaran democráticos y progresistas, no adopte un papel subalterno a éstos, sino que represente una verdadera alternativa basada en un programa rupturista.
Así era el Podemos de 2015, heredero de las movilizaciones del 15M, hoy amoldado al sistema. Su dirección, añade al seguidísimo del PSOE en el Estado, su no cuestionamiento de las políticas de Geroa en Navarra. Algo a lo que también han renunciado IE y Bildu, permitiendo que el gobierno de
Uxue Barkos, en temas como el TAV, IKEA, Banca Pública, fiscalidad, pago de la deuda frente a la inversión pública o reprimiendo a huelguistas y movimientos populares (Gaztetxe Maravillas), en nombre del cambio, haya actuado como si tuviera mayoría absoluta; coincidiendo, además, con las políticas del PSN, al que siempre quiso incluir en las mayorías del cambio, con la consiguiente exclusión de Bildu.
Pese a ello, ante la posibilidad de una involución democrática, unida a una nueva recesión económica, con más razón si cabe, no debemos resignarnos a aceptar un programa marcadamente insuficiente para los problemas económicos, políticos y sociales que padecemos. La sentencia de Altsasu es sólo una advertencia del peaje a pagar ante posibles alianzas postelectorales con un PSOE-PSN que no ha participado de la denuncia de semejante despropósito judicial y humano.
Ante la unión de la derecha, necesitamos, tanto para el Estado como para Navarra, un frente amplio, basado en acuerdos políticos claros, que apueste por la defensa de las clases populares y por el fin del régimen del 78, superando los intereses de partidos y aparatos. Oponer solamente una candidatura al senado con un programa “minimalista” y ambiguo es insuficiente.
Hace falta una candidatura de unidad popular, plural, basada en un programa que reivindique la Navarra que no se rinde, por la defensa de su soberanía y nuestro derecho a decidir en lo político, lo económico y lo social; apostando por un proceso constituyente que nos reconozca como sujeto político propio y profundice en la democracia.
Unidad en la defensa de políticas feministas transversales, que valorice los trabajos reproductivos, evitando que se sigan privatizando y precarizando nuestros servicios esenciales. Que incluya la sensibilidad animalista; que ponga el acento en la defensa de la Educación Pública, unos medios de comunicación democráticos y de otro modelo económico basado en la creación y fortalecimiento de un sector público que promueva unos medios de producción y una agricultura respetuosos con el medioambiente y el consumo local. Que se oponga al pago de la deuda ilegítima, a políticas fiscales regresivas y a infraestructuras antisociales, mediante la creación de una Banca Pública Navarra, como herramienta fundamental de nuestra soberanía económica.
Necesitamos para ello de la implicación de toda la sociedad, agentes sociales, sindicales y políticos como Bildu, Ahora Navarra- Orain Bai, Podemos e IE, que afronten el desafío que supone la unidad de la derecha
reaccionaria para retomar el nuevo rumbo del cambio iniciado en el 2015, frente a las inconsecuencias de Geroa/PNV y PSN, destinados a entenderse.
Demos un golpe de timón y gobernemos el devenir de los acontecimientos.