George Soros y la izquierda, y viceversa
Tras la filtración de los documentos del magnate sionista estadounidense de origen húngaro George Soros por parte de DCLeaks, poco o nada han dicho medios de comunicación y organizaciones y partidos de izquierdas.
Lur Gil, enviado especial del periódico BERRIA a la guerra de Ucrania y militante internacionalista.
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Con el objetivo explícito en esos documentos de condicionar la opinión pública sobre los
sucesos en Ucrania a partir de la llamada revolución de Maidan y sobre la Unión Europea,
llama la atención que sigan llamándonos “prorusos” a periodistas que tratamos de
investigar la verdad detrás del Euromaidán, el nuevo Gobierno ucraniano y el Donbas.
Llama la atención, porque los que fuimos acusados de seguidismo a Putin, de llamar
fascistas a todo el mundo, de tener una obsesión con la OTAN y Estados Unidos, y de
mentir, resulta que estamos (no todos, yo no estoy) en una lista negra de periodistas
“prorusos” que hacen peligrar la versión oficial (fabricada en Kiev). Pero, y a pesar de
recibir ataques al ir a contracorriente, sabíamos que no mentiamos, y que el tiempo,
quizás, nos daría la razón. Y hoy sabemos que George Soros, envuelto también en la
revolución naranja de Ucrania en 2004, la de Georgia y movimientos proeuropeos de todo
el espacio ex-soviético, tenía una obsesión por hacer desaparecer cualquier prueba que
mostrara la relación del Euromaidan y del gobierno de Poroshenko con la extrema
derecha neonazi Ucraniana (y de países cercanos) y con las sucias manos de EEUU, la
UE y la OTAN. Y para ello se dejó grandes fortunas en financiar organizaciones, medios
de comunicación, periodistas y conferencias para controlar la información sobre Ucrania
en el estado Español. Y gente y organizaciones cercanas aceptaron ese dinero manchado
con mucha sangre.
Y lo mas curioso es la relación y la prioridad estratégica del trabajo con la izquierda
europea. Es curioso como la “Open Society Foundations” de Soros financió proyectos de
colectivos y organizaciones llamadas progresistas. Llama la atención como en la lista de
sus aliados mas próximos del Europarlamento, la mayoría son de los grupos GUE-NGL y
APSD, y financia prioritariamente colectivos proeuropeos, LGTB o la campaña europea
“Refugees Welcome”. Y da que pensar, porque la relación es mutua. George Soros ve
como aliadas estratégicas esas luchas y campañas surgidas desde una izquierda
posmoderna.
Desconozco el objetivo de Soros en impulsar esas luchas, pero muchas veces sirven para
desactivar otras. El caso griego puede ser muy clarificador. Las luchas populares por la
soberanía y la ya necesaría independencia de Grecia han caído en picado, y la desilusión
de la gente se ha transformado en la solidaridad con las personas migrantes. Y eso es
positivo para Soros porque seguramente no serán luchas problemáticas para el
mantenimiento del proyecto de dominación estructural llamado Unión Europea, y por lo
tanto no supondrán un peligro para la nueva (y posiblemente definitiva) vuelta de tuerca
que el imperialismo plantea inyectar en el neoliberalismo. Y da que pensar como estos
colectivos “progresistas” son capaces de aceptar el dinero de uno de los diseñadores de
esta estrategia que va en contra de todos los sectores populares de los pueblos de
Europa.
Es irritante como periodista, pero sobretodo como militante internacionalista, ver como
ese nuevo modelo de izquierdas es asimilado por los objetivos imperialistas, por su
discurso y por su práctica. Y mas importante todavía, muestra la debilidad general de una
izquierda europea que se ve superada por la extrema derecha en un discurso y una
práctica que la izquierda debería tener. La crisis estructural que padece la Unión Europea
ofrece grandísimas oportunidades a que las izquierdas, en sus pueblos puedan luchar por
la emancipación (a nivel nacional y social), pero cuando la izquierda pasa por una aún
mas grande crisis de identidad y de lucha, la extrema derecha ocupa su espacio de
seducción hacia los sectores populares. Y la izqiuerda entonces no ve mas que extrema
derecha en Brexit, en la resistencia del Donbass, en el euroesceptismo o en la defensa de
la soberanía nacional.
Esa es la victoria de George Soros y del imperialismo occidental. Pero al ver las
prioridades de Soros, nos da las claves en las que las luchas populares harían daño al
imperialismo. Y es la lucha por la soberanía de los pueblos, es la lucha contra el proyecto
salvaje de la Unión Europea, es la denuncia de las intervenciones imperialistas (sean
directas como en Libia, semi-encubiertas como en Ucrania o encubiertas como en
Latinoamérica y Siria) y en general, las luchas en contra del sistema vigente, no los
maquillajes de democratización del sistema, de la Unión Europea ni del Estado.
Posiblemente no tenga razón, pero que sirva esto para tener en cuenta el papel que
cumplen fundaciones, ONGs u organizaciones como Open Society, NED, Fredoom
House, USAIS, Human Rights Watch, Amnistia Internacional, Femen, etc… en la
geopolítica mundial. Muchas de ellas fueron expulsadas de países como Bolivia,
Venezuela, Ecuador o Rusia por desestabilización. Y vemos que hoy en día ya no tienen
tapujos para crear, financiar, formar e incluso a armar a oposiciones radicales fascistas y
fundamentalistas.