Enrique Maya ficha a Pepe Gotera y Otilio
Hay mucha gente que cree que Pepe Gotera y Otilio son personajes de ficción, que solamente son producto de la imaginación del gran Francisco Ibañez. Pues no es así, los Pepes Gotera y Otilio están por todas partes. Y Maya ha decidido volver a contratarlos para llevar adelante los proyectos de movilidad en esta ciudad.
Joxe Martín Abaurrea San Juan. Concejal de EH Bildu en el Ayuntamiento de Iruñea.
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En realidad, ya lo hizo
años atrás con resultados espectaculares. Puso a esta célebre pareja a trabajar con un
cubo de pintura y llenó la ciudad de carriles bici sobre las aceras. Si, esos que a veces
chocan contra las farolas y otras veces se cortan de forma abrupta en ninguna parte.
El anterior mandato decidimos que esta ciudad se merecía una movilidad sostenible para
una ciudad verde y moderna. Arrastrábamos un enorme suspenso en esta materia y el
vehículo privado campaba a sus anchas por toda la ciudad. Uno de los mayores
problemas residía en la falta de una red de infraestructura ciclista digna de tal nombre,
muy deficitaria sobre todo en la parte central, elemento clave para organizar esa red.
Nos pusimos manos a la obra y programamos dos grandes proyectos en esa línea: Plan
de Amabilización del I Ensanche en pleno corazón de la ciudad y el corredor sostenible de
Pío XII con un concepto que superase la idea del tradicional carril bici para diseñar una
auténtica transformación integral del espacio público sobre la base de la nueva
movilidad. Paralelamente creamos el documento del Plan de Ciclabilidad como guía
estable y homogénea de trabajo futuro y se elaboró desde la Mancomunidad el Plan de
Movilidad Sostenible de la Comarca. Todo ello con un nivel de coordinación entre áreas y
con la Mancomunidad no conocido hasta el momento.
Como ya es bien sabido todo este trabajo, al contrario que en las ciudades serias, estuvo
rodeado de mucho ruido y mucha crítica infundada por parte de las derechas. Hasta el
punto de que el entonces candidato a la alcaldía, el señor Maya, dijo respecto a Pío XII
que había que “romperlo todo y rehacerlo de nuevo”. Nada de eso se ha hecho,
evidentemente; más bien al contrario, ambos proyectos funcionan como un reloj y son
las piezas clave para la construcción definitiva de esa red ciclista y de esa nueva
perspectiva en la movilidad que buscábamos. Cuatro años no son nada en la vida de una
ciudad y, aunque no se pudieron ejecutar más proyectos, sí dejamos preparados y con
financiación presupuestaria otros tres de gran importancia: el corredor sostenible del
Labrit (que configura con Pío XII y la Amabilización del I Ensanche el eje este-oeste), y
los corredores sostenibles de barrio en Sanduzelai y la Txantrea, además de trabajos
muy avanzados en el de la calle Manuel de Falla de Arrosadia.
Pues bien, en vez de darle continuidad a un trabajo bien organizado, Enrique Maya ha
decidido recuperar a esta simpática pareja especializada en chapuzas a domicilio y
darnos unas buenas sesiones de aprendizaje sobre cómo no hay que intervenir en
materia tan delicada y técnicamente compleja como es la movilidad. Primero,
toquiteando todos los proyectos anteriores para ponerles de modo infantil, “la meadica
del perro”. Hablamos de la incorporación de 50 plazas de aparcamiento para vehículos en
Pío XII o la apertura de Padre Moret a miles de vehículos en la Amabilización del
Ensanche. Pero eso solo era el principio. En otoño pudimos comprobar cómo se las iban a
gastar cuando nos presentaron “su” modificación del proyecto de Labrit que ya contaba
previamente incluso con el visto bueno del mundo ciclista. La propuesta era un espanto.
Hasta el punto de que, hecha la advertencia, decidieron meterlo en un cajón y que no
viese siquiera la luz pública.
Luego llegó la chapuza de la calle Amaya, en gran parte provocada por querer romper
con las previsiones de actuación previamente fijadas en el mandato anterior que pasaban
por intervenir en primer lugar en el corredor del Labrit. En dos días estaba todo patas
arriba. Y ahora vamos a por la chapuza de la avenida del Ejército (anterior avenida de la
reina navarra Catalina de Foix) donde, al contrario de lo que presentaron tan solo quince
días antes, van a pasar un tramo del carril bici por la zona verde del bosquecillo de
Antoniutti. Porque les parece demasiado complicado ese tramo. Y para no molestar a los
coches. Madre mía. Pero esto no acaba aquí, porque en el proyecto de Sanduzelai, que
también han toquiteado, recuperan el giro a la derecha desde la avenida de Navarra
hacia la calle Doctor Juaristi, espacio central en el proyecto para esa zona. Justo el
elemento a corregir que dio lugar a todo el diseño de la actuación porque funcionaba
como un alcorce para el tráfico basura y determinados trapicheos.
Y así seguimos, con la preocupación propia de quien ha perdido toda confianza en
quienes se están caracterizando como unos pésimos gestores, también en esta materia
de la movilidad. Tan solo tenían, en un primer momento, que invertir el dinero disponible
en los proyectos ya preparados. Y luego preparar los siguientes pasos de forma
consensuada con parte social y política. Pero esa mezcla entre sectarismo y revancha
política, mezclada con los aires de soberbia característica de esa derecha caciquil y
clasista que cree que solamente los de “su clase” están llamados a gobernar, se lo
impide. Para, al final, mostrarse como lo que realmente son: una opción política
contradictoria con los valores de la movilidad sostenible que tiene un modelo de gestión
francamente mejorable.
Peor no se puede hacer. Tienen a toda la oposición deseando apoyar proyectos de
movilidad y comprometida a no hacer crítica previa a su implantación. Pero se ofuscan,
improvisan, yerran técnicamente y nos ningunean políticamente, por ejemplo, rompiendo
el compromiso de implantar Labrit antes de la avenida de Bayona. Tendremos que ser la
oposición y la propia sociedad quienes asumamos el protagonismo de la denuncia y de la
propuesta en esta materia para evitar el desastre.