En Iruñea, en Nafarroa, las vidas negras importan

Las vidas negras importan, en Iruñea, en Nafarroa. Así lo demostraron las 1.500 personas que salieron el sábado a la calle, al grito de “queremos la verdad, Justicia para Elhadji”. Porque, después de un mes, la verdad, lo que pasó, de qué y cómo murió, porqué lo pararon, todavía no se nos ha explicado, ni tan siquiera se está investigando.

Javier Indurain, Marta Pérez Arellano, activistas de SOS Racismo Nafarroa

2016-ko abenduak 1

Después de la manifestación, algunas personas se nos acercaban para

decirnos: ha estado bien, pero no es mucha gente. Les contestábamos, es la gente

suficiente como para romper los muros de silencio impuestos a la muerte de un negro

en Comisaría. 

Porque los muros de silencio existen. Porque los muros de silencio no crecen solos, se

construyen. Se construyen publicando o no la noticia, investigando o no la noticia. Se

construyen traficando con la noticia. Porque los muros no se rompen solos y cuesta

romperlos, pero hoy podemos decir que, entre muchas, hemos roto los silencios y

mentiras entorno a Elhadji. “Queremos la verdad, Justicia para Elhadji” gritábamos el

sábado en las calles.

Las vidas negras importan en las instituciones navarras, al menos, en el Parlamento y

en el Ayuntamiento de Iruñea. Las recibieron y escucharon y las vidas negras sintieron

apoyos y, también hay que decirlo, resistencias, porque cada partido dijo lo que dijo y

allí quedó escuchado y escrito. Recibieron, escucharon y con su acción e iniciativas

ayudaron también a romper la invisibilidad impuesta. 

Las vidas negras importan también fuera de Iruñea, fuera de Nafarroa. En esos

momentos en que el muro de silencio funciona, cómo se agradecen, qué apoyo

suponen palabras como las de Sustrai Colina o Joseba Sarrionaindía, que, en sus

respectivos foros, nos recordaron, nos gritaron, qué pasó en una Comisaría de Iruñea. 

Las vidas negras no parecen importar a otras personas o instituciones; por ejemplo, a

quien teniendo la información de lo que pasó, se niega a darla. Pero ese es otro tema.

Porque lo que planteamos no es una valoración, sino una reflexión: ¿las vidas negras

importan? ¿cuánto nos importan? Que cada uno, una, haga su reflexión personal. Que

cada organización, institución, haga su reflexión política. 

Nosotras hacemos una reflexión. Hemos detectado que la muerte de Elhadji bajo

custodia del Estado nos ha causado preocupación y, la falta de información,

indignación. Una honda preocupación e indignación en la comunidad negra,

preocupación e indignación en la comunidad blanca. En Senegal las imágenes de la

detención y de las manifestaciones han aparecido en la televisión nacional, aquí el

hecho ha quedado reducido a un suceso local. Aquí no ha habido, como en Salou,

contenedores quemados y cargas policiales que merezcan portadas de telediarios.

Simultáneamente a la manifestación del sábado en Iruñea, hubo, al menos que

sepamos, movilizaciones en Bilbo, Gasteiz, Zaragoza, Barcelona, Madrid. Nadie lo ha

publicado, nadie se ha enterado de que un “suceso local” ha generado la indignación

estatal de la comunidad negra. Son como dos mundos, faltan puentes. 

Faltan puentes y sobran brechas. Una persona de la comunidad senegalesa decía

estos días que no se trata de integración, sino de convivencia, que llevan años

construyéndola y ahora esto. Un paso atrás de muchos años, porque genera miedo y

desconfianza en la comunidad. 

Que la muerte de Elhadji no suponga agrandar las brechas, que contribuya a

ensanchar puentes. De todas nosotras depende. De nuestra reflexión. De nuestra

acción u omisión.

Gehiago