En Educación y en Democracia no hay Zonas No
Donald Trump ha eliminado el castellano de la web de la Casa Blanca. Con más de 50 millones de personas hispanas, EEUU ha pasado a ser una Zona No Castellana. Día sí día no, la Ribera aparece inundada de pegatinas y panfletos “anónimos” contra el euskara.
Alizia Iribarren, coordinadora de AEK de Navarra , Idoia Vitienes, maestra funcionaria de Educación Infantil en centro PAI y Anika Luján, exsenadora de Cambio-Aldaketa, maestra de Ikastola.
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Ni
Donald Trump ni las “anónimas manos” que derrochan tiempo y dinero contra el euskara
están defendiendo el inglés, el futuro, o Navarra. Defienden una posición política, por cierto,
muy poco democrática.
Nosotras no hablamos con una sola voz cuando hablamos de política, pero cuando hablamos
de educación, de lenguas, de cultura o de futuro, sabemos llegar a acuerdos y defenderlos
con responsabilidad y sin anonimatos.
Los y las ciudadanas navarras tenemos derecho a una enseñanza de calidad
independientemente del lugar en el que residamos. Tenemos derecho a elegir entre los
diferentes modelos con total libertad y sin coacciones de ningún tipo, y, por supuesto,
tenemos derecho a elegir el centro escolar que deseemos para nuestros hijos e hijas,
derecho en el que la derecha navarra es paladín de primera escuadra.
El sistema educativo navarro tiene serias deficiencias que no podemos achacar al uso de
diferentes lenguas y sí a intereses políticos. Queremos llamar la atención sobre dos:
- Los recortes sufridos durante varios años, que han incidido de forma especialmente grave
en el sistema público, el único accesible para la mayoría de la población, especialmente en
tiempos de crisis. Al contrario que pegatinas y panfletos, los recortes tienen nombres y
apellidos; sus víctimas, también.
- La desigualdad de oportunidades educativas entre el norte y el sur. Mientras que unos
aprenden en tres lenguas, en la Ribera, dentro del sistema público, hemos estado obligados
a hacerlo como mucho en dos. En una población donde el monolingüismo ha sido de
obligado cumplimiento, el inglés necesita del euskara tanto como el euskara del inglés. No
son excluyentes aunque algunos lo pretendan, los estudios de neurolingüística aplicada así lo
demuestran, y los dos tienen asignaturas pendientes: la enseñanza del inglés debe
planificarse atendiendo a criterios pedagógicos de calidad; la zonificación resta
oportunidades y derechos. Podemos ser una sociedad plural que mira al futuro o una
sociedad atrasada. No hay sociedades No Vascófonas, aunque existen, eso sí, no sociedades:
las dictaduras.
Como en pleno siglo XIX, quienes impusieron el monolingüismo identifican lengua y nación,
esperando provocar choques de identidades y soluciones de fuerza. Pero las lenguas no
luchan entre sí, son los hombres quienes lo hacen, y no lo hacen en defensa del futuro sino
en defensa de intereses políticos. Necesitan recurrir a la mentira para ocultar lo evidente.
Ninguna organización internacional ha desaconsejado el uso del euskara en la enseñanza,
más bien al contrario: Europa ha amonestado repetidamente al anterior gobierno navarro
por su actitud ante el euskara. Mientras Bruselas invierte dinero para que el euskara tienda
puentes a ambos lados del Pirineo, otros se empeñan en poner fronteras dentro.
En democracia las mayorías no excluyen a las minorías. La educación, por naturaleza, es
inclusiva, no excluyente; es armonizadora, no segregadora. En ambos sistemas, el
democrático y el educativo, las minorías son necesarias, la diferencia enriquece. Nuestro
mundo es una gran comunidad de minorías en el que la multiculturalidad, el plurilingüismo
y la mezcla son los patrones con los que convivimos y en los que vivirán las generaciones
futuras.
Queremos hacer un llamamiento a toda la comunidad educativa y especialmente a las
familias y trabajadores-as del modelo D y del programa PAI para que ejerzan sus derechos
con total libertad. Esa libertad es hoy mayor que hace unos pocos años, pero todavía la
haremos mayor. El futuro que algunos invocan acabó hace dos siglos.