Dispendio ineficaz

Fruto de los acuerdos de la mesa de diálogo social de Navarra los días 13 y 14 de junio se celebrará en Gorraiz el titulado II Congreso estatal de empresas saludables centrado en la salud mental, y financiado por el Departamento de Derechos Sociales y Empleo del Gobierno de Navarra actual competente en materia de Trabajo.

Félix Zabalza y Maria Jose Azkona

Plataforma Navarra de Salud

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Congreso cuya organización y dirección ha sido subcontratada a una consultoría privada.

Alarma que hoy en día se impulse, y financie íntegramente desde la Administración Pública un congreso de salud laboral sin que haya representación sindical alguna en el desarrollo del programa. Desmoraliza que las organizaciones sindicales que participan en la mesa de diálogo social lo acepten.

La bienvenida al congreso correrá a cargo del presidente de la Confederación Empresarial Navarra (CEN). Pese a estar plagado casi en exclusiva por ponentes de la empresa privada, 19 sobre 23, será inaugurado por la presidenta del Gobierno de Navarra María Chivite y la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz. La apertura del segundo día la efectuará la Ministra de Trabajo y Economía Social y Vicepresidenta segunda del Gobierno de España, Yolanda Díaz y la consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Carmen Maeztu.

Enfocar, como se deduce del programa de este congreso, el abordaje de la salud mental en el trabajo desde el bienestar, el pensamiento positivo y el equilibrio emocional soslaya la incomodidad de cuestionar la extensión de las causas principales de su deterioro en el trabajo impulsadas por el empresariado.

Se evita citar que en la génesis de los problemas de salud mental están la generalizada incertidumbre en el empleo asociada a la facilitación del despido, la precarización del empleo o a través de ETT, la  contratación temporal, los forzados falsos autónomos, las plataformas informáticas anónimas en actividades de reparto, el empleo informal, etc. En cuanto a los factores de riesgo psicosociales de la  organización del trabajo explicativos de los daños a la salud mental ni una sola mención a la intensificación de la sobrecarga de trabajo, los elevados ritmos, la falta de participación de las y los trabajadores, , las discriminaciones de género, los menguantes y ya de por sí escasos salarios etc. El miedo al despido y la pobreza campan a sus anchas en múltiples colectivos laborales. En coherencia con la oposición del empresariado tampoco se explicita la necesidad de avanzar en el reconocimiento normativo de los daños de salud mental como posible contingencia laboral.

En otro orden hablar de prevención de riesgos y no reflexionar sobre el sistema preventivo en las empresas resulta osado. Ni la generalizada externalización de la prevención e ineficaz actuación de los Servicios de Prevención Ajenos ni el mantenimiento del cuestionado sistema mutual empresarial para atender los daños derivados del trabajo, parecen preocupar a la mesa de diálogo social.

Si este congreso, y su anterior edición, no responden a las necesidades de salud laboral de las y los trabajadores  quizás simplemente se pretenda un lavado de cara para aparentar que se hace algo, justificar la existencia de una mesa de diálogo social y velar así por los intereses clientelares de las direcciones de las organizaciones participantes en la misma.

Una mesa empeñada en impulsar actuaciones ajenas a las políticas y programas de salud laboral del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, entidad que reúne al personal técnico y especializado en la materia del Gobierno de Navarra. Mesa que objetivamente se enfrenta a los debates y preocupaciones del Consejo Navarro de Salud Laboral, órgano tripartito de participación en la materia.

El congreso se desarrollará en un establecimiento hotelero y antiguo castillo próximo a Pamplona de un estatus acorde con quienes han diseñado y a quienes va dirigido este congreso, el empresariado. Al parecer las instalaciones públicas, más económicas y sostenibles, no están a su altura.

Entristece ver la elevada representación política institucional, tanto del gobierno estatal como de Navarra liderados ambos por organizaciones políticas que se autodefinen de izquierdas, en su aceptación de un sumiso papel de adorno en un a buen seguro gravoso e ineficaz congreso empresarial pagado eso sí con los impuestos de toda la población.

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