Defendamos la Vida ante la barbarie
Bardenas Ya!
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Hace unos días nos enterábamos a través de la revista Defensa.com que el pasado 10 de enero, un avión de carga A400 lanzaba por primera vez en Bardenas 180 bengalas de dos tipos. El artículo no especificaba qué tipos de bengalas se usaron, aunque aclaraba que el avión había realizado ocho pasadas sobre el polígono militar, y por lo tanto sobre la zona natural protegida y también sobre nuestros pueblos, antes de volver a la base militar de Zaragoza, algo de lo que somos testigos habitualmente. También percibimos estos días una actividad aérea continuada sobre los pueblos de Cinco Villas y las poblaciones de la Ribera Navarra, y no podemos evitar preguntarnos de nuevo ¿qué estará tramando el entramado militar?
La industria del armamento, es la única que gana en todo este escenario, en el que la guerra se ha convertido para las grandes fortunas en el motor de la economía de mercado. Mientras, vemos y sufrimos como se cierran las pocas industrias que quedan abiertas, se precarizan aún más las condiciones de vida de las y los trabajadores, aumentan los desahucios, el empobrecimiento de las familias, se alarga la edad de jubilación, se desarticulan y se dejan sin financiación los servicios públicos, en favor de los fondos de inversión, los mismos fondos de inversión que engordan sus bolsillos a través de la industria del armamento.
La guerra está servida en escenarios diferentes. Aquí, la batalla consiste en sobrevivir, dignamente, jóvenes y no tan jóvenes vivimos con el agua al cuello, haciendo cuentas constantemente para elegir si pagamos la luz o compramos zapatos, incapaces de hacer frente a un imprevisto económico, trabajamos por un sueldo que no nos permite salir del umbral de la pobreza, mientras enfrentamos a la policía para evitar que nuestras vecinas acaben debajo de un puente en pleno invierno, o en la cárcel por robar comida para comer, o por no tener papeles.
Enfrente, tenemos al Estado y a su policía, aunque últimamente nos hemos dado cuenta que también pueden estar entre nosotros, defendiendo sin escrúpulos los intereses de los bancos, los fondos buitre, las multinacionales que hacen negocio con nuestros derechos básicos, como la alimentación, la salud, la vivienda, la energía o los cuidados. Este ejército de poderosos, que cuenta con matones como los Desokupa, está bien protegido por el poder judicial, que encarcela a antifascistas y sindicalistas a modo de advertencia hacia quienes pensemos en organizarnos contra su violencia cotidiana. Este ejército de poderosos intenta convencernos de que los culpables de nuestra miseria son los y las trabajadoras que vienen a buscar un futuro mejor. Estas personas son expulsadas de sus territorios por el saqueo de sus recursos, la explotación extrema, incluso la esclavitud impuesta a través del actual “modelo de civilización”, autoritario y con tintes fascistas.
Las guerras y genocidios provocadas por el imperialismo occidental, por EE.UU y Europa, a través de su brazo armado, la OTAN, son el motor para seguir acumulando grandes fortunas durante largos años. Estos criminales no han tenido sonrojo en acabar con pueblos y culturas con miles de años de historia, para apropiarse de sus recursos, o asumir el sabotaje del mayor gaseoducto que permitía abastecer a Europa con gas ruso, generando consecuencias devastadoras para la clase trabajadora europea, y una más que posible guerra contra Rusia o China, porque consideran que la guerra es la mejor forma de seguir amasando fortuna. Prueba de ello es la exigencia que Trump ha lanzado al gobierno español en relación al gasto militar, demandando un 5% del PIB para la OTAN bajo amenazas de aplicar aranceles del 100% si no cumple con esta servidumbre. Pero conocemos bien la obediencia enfermiza del gobierno español hacia la OTAN, que seguro seguirá en la misma dirección de estos últimos 10 años, en los que ha incrementado el gasto militar en un 70%, mientras los recortes sociales aumentaban al mismo ritmo.
No hay ninguna duda de que el gobierno estatal y los autonómicos como el de Aragón o el de Navarra, despliegan la alfombra roja y ofrecen pleitesía a la OTAN a través del Ministerio de Defensa, cediendo, entre otras cosas terrenos comunales para el bombardeo en Bardenas, o a empresas del armamento como Instalaza con sede en Zaragoza. Instalaza es una de las empresas fabricantes de armas, que más contratos firma con el Ministerio de Defensa, de hecho, gran parte del armamento que España envió a Zelenski fue fabricado aquí. Actualmente, plantea nuevas inversiones (en torno a 52 millones de euros) para seguir desarrollando nuevas armas destinadas a alimentar las guerras que amenazan cada día un poco más nuestras vidas. Armamento que, sospechamos, se lanzará en pruebas y ensayos en el polígono de tiro de Bardenas, cerrando el círculo del entramado militar, facilitado necesariamente por la Comunidad de Bardenas a cambio de 14 millones de euros al año, algo que permite sostener este modelo económico criminal de terribles consecuencias.
¿Y si miramos al futuro pensando en lo que debemos cambiar? En 2028, finaliza el contrato actual que permite esta situación en Bardenas, y creemos que surge una nueva oportunidad, para evitar que nuestro territorio se ponga a disposición de la industria del armamento y de las guerras criminales. Somos muchas las que tenemos claro que estas instalaciones deberían desaparecer, junto con las empresas del armamento como Instalaza y la base militar de Zaragoza. Pongámonos a trabajar entonces, en torno a lo que tenemos en común, y seamos capaces de generar otra forma de organización social en nuestro ámbito local, que ponga la vida, la salud, las necesidades de desarrollo, de creatividad y de solidaridad en el centro, como objetivo principal. Defendamos la vida ante la barbarie.