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En nuestra profesión la mayor parte de las trabajadoras son mujeres. No solo
en la actualidad, sino también en tiempos en los cuales desde la caridad, la
beneficencia y/o el voluntariado se atendía a las personas en situación de
exclusión social. 

Nuestro sector está totalmente desregularizado, las condiciones laborales que
tenemos son precarias, salarios muy bajos, no reconocimiento de nocturnidad,
turnicidad, festividad, ratios excesivos, criterios de vacaciones que no nos
permite desconectar del trabajo… Si a esto unimos los riesgos laborales que
padecemos: agresiones, en ocasiones extremas, estrés y ansiedad no
reconocidos como enfermedades profesionales, nuestra situación llega a ser en
muchas ocasiones insostenible con muchas rotaciones que en momentos
determinados perjudica nuestra labor profesional e influye directamente en la
calidad de nuestra intervención. 

Nuestra profesión necesita una regularización en condiciones, no solo poner
parches para salir del paso y que nuestro trabajo y nuestra intervención siga
precarizada. 

A nivel social existe un desconocimiento total de nuestro trabajo, de nuestras
condiciones. En muchas ocasiones familiares y amigos se quedan atónitos
cuando les explicamos nuestro trabajo, nuestros riesgos y sobre todo nuestras
condiciones laborales. Existe una creencia social equivocada, en la cual
personas que conocen nuestra profesión consideran que nuestras condiciones
laborales son mejores y que nos “cuidan” tanto las empresas como la
administración. Se reconoce nuestra labor profesional, pero no se valora
adecuadamente nuestro trabajo. 

Necesitamos un Convenio Sectorial de Intervención Social que regule nuestra
profesión, en la cual las personas que trabajamos en la misma nos veamos
reconocidas y valoradas, se regularice nuestra situación y comience el camino
para acabar con la precariedad laboral en la cual nos encontramos desde hace
muchos años. 

Llevamos muchos meses esperando a que las empresas se conformen como
patronal, un paso necesario e imprescindible para abrir la mesa de
negociación. La tranquilidad y lentitud con que lo están haciendo nos preocupa.

Seguimos trabajando en las mismas condiciones precarias a nivel físico,
psicológico y salarial con personas que padecen diversas problemáticas
(personas en situación de exclusión social, menores en desprotección, mujeres
maltratadas…), las cuales merecen que se les tenga más en cuenta. Nuestra
labor tiene un componente vocacional muy alto, garantizamos como
profesionales una intervención de calidad y en muchos momentos nos
olvidamos de nuestra precaria situación laboral priorizando las necesidades de
las personas usuarias. 

Para ello, el próximo sábado 22 de diciembre, a las 13:00 del mediodía
saldremos en kalejira desde la Escuela de Educadores/as (C/ Mayor 65,
enfrente de Katakrak) para denunciar socialmente nuestra problemática y exigir
un Convenio Sectorial de Intervención Social. 

Animamos a profesionales del sector en particular y a la sociedad navarra en
general a participar en esta convocatoria.