Contra la brecha de género, nos metemos, M. Rajoy

Decía M. Rajoy hace unos días, a preguntas de un periodista sobre la brecha salarial, “no nos metamos en eso”. Pues bien, toca meterse.

Eva Calleja Novales responsable de la Secretaría de feminismos y LGTBI+ del CCN, Podemos Ahal Dugu. Iñigo Pérez Ochoa área de igualdad del CCN, Podemos Ahal Dugu.

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Afirmaba María Jesús Botella, concejala de PP que “lo que genera la brecha
salarial es la falta de preparación”. Pues mire, eso es faltar a la verdad. 

Comenta Cristina Cifuentes que “para hacer huelga hay que tener razones
fundadas, no ir por el desgaste político” que le da a ella “que es lo que se
pretende” cuando la pedían opinión sobre la huelga del 8 de Marzo. Pues para
su información, razones hay y muchas. 

Y estas afirmaciones en apenas unos días y de personas con importantes
responsabilidades políticas, todas del PP. 

El 22 de febrero es el día de la igualdad salarial de género. 

Una vez más, conocemos que la brecha salarial en Navarra es la tercera más
alta del estado con un 28.4% de diferencia, en donde al año las mujeres cobran
de media 8000 euros menos que los hombres.

Para medir la brecha salarial, es decir, la diferencia salarial entre hombres y
mujeres que realizan el mismo trabajo o de igual valor, deben tenerse en
cuenta diferentes cuestiones. 

En primer lugar, el cómo se calcula esa brecha. Puede darse el caso de que las
empresas asignen tareas diferenciadas en función del sexo, también puede
darse consideraciones distinta a empleos que tienen igual valor (y para los que
se exige la misma formación) o recompensando con complementos unas
tareas en perjuicio de otras. Si medimos la brecha por el nivel educativo y la
edad las diferencias salariales entre hombres y mujeres aumentan. Si tomamos
en consideración los grupos profesionales se observa una importante
segregación de género. Y además la experiencia laboral juega en contra de las
mujeres por el tiempo empleado en reproducción y cuidados. 

No sólo la brecha salarial es amplia. La brecha en desempleo es mayor de lo
que parece. Según los datos de desempleo registrados en el último trimestre
de 2017, el 11,69% eran mujeres (cuatro puntos más que en el caso de los
hombres). Sin embargo decir que la brecha salarial es la diferencia entre estas
dos cifras invisibiliza la grave y preocupante realidad que hay por debajo de
esas cifras. Detrás de un 3.85% de brecha en cuanto a desempleo es tanto
como decir que cada 100 hombres en paro hay casi150 mujeres en la misma
situación, es tanto como decir que hay un 50% más de mujeres en desempleo
que de hombres. Por aquí lo que procede no es una resta, es una comparativa. 

Parece evidente que la transparencia en los salarios es uno de los principales
instrumentos para combatir esta injusticia. 

Tanto Alemania como Islandia, con leyes de diferente alcance han avanzado
en esta materia. También en nuestro país, nuestro grupo confederal en el
Congreso presentó en octubre una ley de igualdad retributiva para mujeres y
hombres. 

Toca hablar de transparencia para mejorar las condiciones de la vida de gente,
en este caso principalmente de las mujeres. Pero no solo hay que hablar sino
también actuar mediante políticas de transparencia en la información que
deben dar las empresas sobre el sueldo de sus empleados y empleadas,
publicando, las retribuciones completas (salario base y todo tipo de
complementos) de mujeres y hombres en cada puesto, siempre respetando el
derecho a la intimidad y la ley de protección de datos. Es desglose de datos
debería incluir, en nuestra opinión, el grupo profesional, el nivel de estudios
con especialización, la edad aunque sea por tramos, descripción de
responsabilidad, antigüedad en la empresa, modalidad de contrato, y tipo de
jornada (completa, reducida). 

La otra herramienta para la lucha contra esta brecha es la del control e
inspección a las empresas para que cumplan con la igualdad en sus
contrataciones, condicionando subvenciones y ayudas públicas a los
cumplimientos y sancionando los incumplimientos. Para ello, se deberían
dedicar recursos en inspección del trabajo y seguridad social para detectar y
sancionar discriminaciones directas e indirectas salariales por razón de sexo. 

La brecha salarial es una de las muchas consecuencias de unas estructuras
machistas y patriarcales. Por lo tanto lo que toca es cambiar son las estructuras
y dejar de poner parches disfrazados de buenas intenciones. 

El próximo 8 de marzo, día Internacional de las Mujeres, el movimiento
feminista con el apoyo de organizaciones y colectivos políticos, sociales y
sindicales convoca una huelga general de mujeres. Una convocatoria de
denuncia frente a las desigualdades, las discriminaciones y las violencias
estructurales que sufrimos más de la mitad de la población mundial, pero
también de reivindicación de un nuevo modelo social justo, democrático,
igualitario y sostenible. Nos metemos, M. Rajoy.

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