Ciudades sostenibles, espacios de calidad
Cada día se aprecia una mayor sensibilización respecto al concepto de movilidad sostenible. Muchas ciudades y áreas metropolitanas de referencia planean alternativas al uso generalizado del coche particular, para evitar los problemas medioambientales, de salud y sociales que ocasiona su uso exagerado como modo de transporte.
Marijose Mangado, Dani Saralegi y Garat Gaztelu, miembros de EH Bildu Iruñea.
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El objetivo central de la
movilidad y de las ciudades sostenibles es mejorar la calidad del espacio urbano y construir
una ciudad más accesible, dinámica, segura, sostenible, viva y respetuosa, en la que sus
protagonistas sean las personas.
Los beneficios de los modos de desplazamiento sostenibles, se centran en conseguir una
ciudad más limpia, con menos contaminación y donde desplazarse sea más sencillo, agradable
y económico. En definitiva, se busca mayor bienestar económico y social, colectivo y personal.
Quienes apostamos por un nuevo modelo social, económico y cultural para Iruñea, tenemos
que adoptar una nueva hoja de ruta en favor del bienestar urbano sostenible. Para eso
necesitamos ciudades incluyentes, accesibles, conectadas y compactas. Debemos asegurar que
la ciudad se mantiene como espacio de innovación, equilibrio, impulso económico y bienestar.
Hacia ahí se dirige Pamplona, y nuestra apuesta es seguir comprometidos en devolver a la
ciudadanía el protagonismo que, el sometimiento al cemento y a los vehículos privados, le han
robado en el pasado.
El proyecto piloto de caminos escolares, iniciado en el barrio de Iturrama, es un magnífico
ejemplo para comprender la importancia de transformar nuestras calles y barrios hacia
entornos más seguros y agradables, donde las plazas y parques, las calles y las aceras
peatonales recuperen un papel predominante y se conviertan en un espacio que acoja
habitualmente los desplazamientos diarios de las niñas y niños a sus centros escolares.
Desde EH Bildu queremos seguir la estela de las ciudades innovadoras, solidarias y amables
europeas. La selección de Pamplona para el proyecto Stardust, ayudará a convertir Pamplona
en una ciudad de referencia e inspiración para al resto de las ciudades europeas en cuanto a
energía y ciudades inteligentes y sostenibles.
Las ciudades modernas, deben orientarse a mejorar el confort de la ciudadanía, siendo cada
vez más eficaces y brindando nuevos servicios de calidad, mientras que se respetan al máximo
los aspectos ambientales y el uso prudente y en declive de los recursos naturales no
renovables.
La conciencia de que los recursos naturales no son ilimitados está cada vez más extendida. El
modelo de las ciudades está cambiando entorno a esa conciencia. Hábitos que hasta hace
pocos años eran habituales hoy son ya extraños. Nadie concibe centros de ciudades llenas de
coches, como nadie permitiría hoy fumar en hospitales, escuelas y autobuses. El planeta
necesita respirar y las ciudades deben apostar por ello desde políticas concretas.
Esta conversión de las grandes ciudades en urbes inteligentes afecta también a las políticas de
movilidad en Pamplona y debemos apostar por modelos con un trasfondo equiparable a la
realidad de muchas ciudades del centro de Europa: un tráfico pacificado, alejado de los centros
urbanos y soluciones a nivel de infraestructuras para facilitar el movimiento a peatones,
bicicletas con carriles independientes de la circulación motorizada y medios de transporte
público de calidad y eficientes.
Los cascos urbanos de las ciudades crean progresivamente espacios y ecosistemas de
movilidad más amables y atractivos para el peatón que, más allá de los ritmos de cambio de
mentalidad que requieren, conllevan en el medio plazo un mayor atractivo. También en
Pamplona debemos caminar en esa senda, porque lamentablemente en los últimos 30 años el
coche se ha apoderado del espacio público de Iruñea de forma trágica. Estamos pagando los
malos humos de anteriores gobiernos municipales.
Apuestas como el plan de amabilización del centro, las peatonalizaciones y los corredores
sostenibles, la modernización de los barrios, la apuesta por la economía de proximidad y
circular (con ambiciosos planes estratégicos, proyectos de economía solidaria como Geltoki y
cuantiosas inversiones en los mercados de la ciudad), etcétera, a la larga repercuten en que las
personas y la actividad económica se vuelvan del extrarradio al corazón de la ciudad. En esta
realidad, influyen mucho el transporte urbano de creciente calidad y el público más joven, que
crecen en esos nuevos procesos e interioriza esas situaciones.
Nos encontramos por lo tanto ante una gran oportunidad de proyectar nuestro futuro, de
recuperar el espacio público para la vida social y comercial y para nuestra salud y bienestar.
Estamos, ante una oportunidad única de participar en la planificación del entorno en el que
queremos vivir. Por ello, queremos insistir en la importancia de que todas las personas y
agentes implicados participemos en los proyectos de cambio de la ciudad, que han sido
abiertos y flexibles desde sus inicios y así deben continuar. Para que todas las personas y
colectivos podamos realizar nuestras aportaciones y ser atendidos mediante una escucha
continua. Una participación constructiva será la mejor forma de avanzar hacia proyectos
positivos y transversales, que conjuguen los intereses de todos y todas, e impulsen los cambios
necesarios para que Pamplona evolucione hacia una ciudad sostenible y de calidad. Debemos
seguir construyendo una ciudad de bienestar para todas y todos.